¡Bunga-chaka-Bunga-Bunga!

Al igual que ayer, mi primer contacto con los medios de comunicación tuvo lugar en clase, concretamente durante la práctica de Xéneros. Tras quince minutos navegando entre bicicletas, abrí dos pestañas nuevas: una para El País digital y otra para su yang, elmundo.com. El primero apostó por la indecencia, mientras que el segundo se decantó por lo macabro. Los titulares eran los siguientes: Berlusconi: “¿Así que ella misma se da el carné de puta? Qué disparate” en El País y “Detenido por estrangular a su mujer y mostrar el cadáver a través de la webcam” en El Mundo. Empecé a hacer aspavientos como una histérica y a girar el monitor tratando de llamar la atención de mis compañeros. Las reacciones ante semejantes titulares fueron de esperar: la mayoría apartó la vista con una mueca despectiva al leer la noticia sobre el presidente italiano; sin embargo, el otro titular hizo que nos quedásemos mirando la pantalla con cara de tontos un buen rato. No éramos capaces de creer lo que estábamos leyendo.

Una vez volvimos en sí, mi compañero Pepe y yo empezamos, sin darnos cuenta, una especie de competición donde ganaba aquel que dijese el insulto más fuerte. No sé cuál de los dos ganó, solo que necesitábamos leer el texto completo, quizás por el morbo que desprende este tipo de acontecimientos, quizás deseando encontrar una explicación que pudiese “justificar” de alguna manera semejante acto. A continuación he añadido un par de fragmentos de la noticia para que los que lean este post se den cuenta de que nuestras reacciones no fueron en absoluto exageradas:

Según las primeras informaciones, el agresor estranguló a su mujer V.M., de 19 años y de nacionalidad también rumana y mostró el cuerpo por la webcam a su propio padre, al que avisó de que en cuanto la hermana de la víctima, de 13 años, regresara a casa, “correría la misma suerte” que la fallecida.

El padre del agresor, que ha informado de que la familia hablaba a menudo por este medio, avisó a la Policía rumana y ésta puso en marcha los mecanismos de colaboración internacional para que fuera la Policía española la que continuara con la operación.

Simplemente terrorífico. Resulta impensable que alguien pueda tener suficiente sangre fría para cometer un acto así. Y mucho menos, si es tu hijo el culpable. Me dan escalofríos solo de pensar cómo se tuvo que sentir el padre al verse involucrado en el caso, con qué cara se presentó ante la Policía para delatar a su hijo. Horrible.

Con un sabor de boca amargo, abordé la noticia sobre Berlusconi. El titular hacía referencia a un fragmento de conversación telefónica que tuvo con Nicole Minetti, diputada en la región de Lombardía y acusada en el proceso Ruby por inducción a la prostitución. La conversación, que data del 1 de agosto de 2010, Minetti le cuenta al primer ministro que el abogado de Ruby le acaba de decir que los fiscales de Milán han abierto una investigación sobre la joven marroquí y la prostituta brasileña Michelle Conçeiçao, presente en las reuniones bungabunga organizadas por el presidente.

Berlusconi: ¿O sea, la Ruby ha denunciado a la Michelle?

Minetti: Sí, por inducción a la prostitución.

Berlusconi: ¿Así que ella misma se da el carné de puta?

Minetti: Te lo juro (ríe).

Berlusconi: ¡Pero qué disparate!

¿No os preguntáis cómo se puede llegar a ser tan repugnante? Y lo que es aún peor, ¿cómo alguien de esa calaña puede tener semejante cantidad de cómplices? Bien sé que el poder atrae más que la miel a las moscas, pero todo tiene su límite; más cuando hablamos de prostitución infantil. Pero no os perdáis lo mejor: a pesar de toda la mierda que tiene encima, el señor Berlusconi todavía se atreve a calificarse de “perseguido político”. ¡Manda cojones!

Aquí acaba el consumo de hoy, ya que empleé la tarde en recuperar el sueño perdido. Para mañana, prometo comer más.

Martínez Rodríguez 3Ñ