Contaminación mediática voraz
En los últimos años los medios de comunicación han sido víctimas de una contaminación destructiva. El periodismo ha dejado de ser para muchos sinónimo de veracidad, contraste y objetividad para dar lugar a una tendencia trivial, frívola y vacía.
El color rosa tiñe la programación televisiva y las portadas de revistas bajo el mandato de Belén Esteban y las caras bonitas eclipsan las noticias de actualidad en los telediarios. Programas como Sálvame convierten a Telecinco en líder de la programación de tarde y ahora se cotiza más presentar algún reality que llevar a cabo algún tipo de investigación documental sobre el narcotráfico, por ejemplo. Y para qué mentir, Gran Hermano interesa más que un documental sobre el negocio de las drogas en Latinoamérica.
No los culpemos a ellos; somos nosotros los principales promotores de ésta nueva era: los consumistas de basura. Los mismos que se quejan pero que no cambian de canal, esos que se ríen de las faltas léxicas y gramáticas de aquellos que hacen de su ignorancia un negocio. Basta ya, alguien debe ponerle freno cuanto antes. Si aún alguien decide dedicar cuatro años de su vida a una formación periodística profesional será por algo más que para moderar a Kiko Matamoros y a Lidia Lozano.
Realmente, ¿puede interesar algo como ésto?:
http://www.youtube.com/watch?v=fpgDqZBlszo
Bouza Veiga, S1B, S1A1
Posted on 13 Maio, 2012, in Sen clasificar and tagged Consumo, Curso 2011-2012. Bookmark the permalink. 2 Comentarios.
La televisión emite lo que vende, lo que a los consumidores les interesa. Es un reflejo de la sociedad. Si queremos que cambie y que la telebasura tenga los días contados debemos ser más críticos con lo que vemos y hablar de ello no soluciona gran cosa. Como futuros periodistas tenemos que luchar por el contraste, la veracidad y el interés informativo. Podemos hacer programas de entretenimiento sin hacer telebasura pero lo que tiene que cambiar no es tanto el periodismo sino la sociedad.
La sociedad es la que provoca que le telebasura sea protagonista de las emisiones a nivel mundial. Sin embargo, un esfuerzo por parte de los medios a la hora de hacer programación dedicada a ese sector de la sociedad y a la vez basada en la veracidad es posible. El mundo se mueve por modas, sólo es cuestión de saber introducirlas y consolidarlas.