Daily Archives: 15 Febreiro, 2014
“¡Seamos los media!” Busquemos la alternativa
El pleno siglo XXI, en el que la sociedad es escéptica sobre los medios, hacen falta alternativas en el periodismo. Hace falta reforzar uno de los pilares básicos de esta profesión, como es la independencia, para poder ofrecer la información desde la máxima objetividad posible.
Y esto mismo lo reproduce el texto de Osvaldo León, Sally Burch y Eduardo Tawayo G. en su libro Comunicación en movimiento, que así se define:
“Comunicación en Movimiento“, la nueva publicación de ALAI (Agencia Latinoamericana de Información), presenta las complejas relaciones entre movimientos sociales y comunicación.
En la última década, América Latina ha sido escenario de la emergencia de movimientos sociales y ciudadanos que se proponen construir alternativas al ordenamiento neoliberal, entre cuyos planteamientos destaca su decisión de apropiarse y democratizar la comunicación. La obra explora este proceso, con una indagación de las experiencias de organizaciones involucradas en las principales coordinaciones y redes sociales y ciudadanas del continente.”
Es por esto, por esta necesidad de renovación, o más bien de vuelta a los orígenes, por lo que han brotado numerosos medios independientes, alternativos. Que buscan ofrecer toda aquella información que realmente interesa a la ciudadanía y que no está manipulada por empresas ni por la política.
http://youtu.be/RgM4bMFOYvg?t=23s
Y es que este ansia por lo alternativo no conoce fronteras. Un claro ejemplo es El Proyecto Global de Medios Alternativos (AMPG), una página de Internet multilingüe, global y colaborativo, que se dedica a recolectar datos sobre medios alternativos, radicales, independientes y autónomos alrededor de todo el mundo. Y hay más casos, también contamos con las aportaciones de Ourmedia, o el caso catalán de Indymedia, donde también nos informan de las manifestaciones y protestas que se van a llevar a cabo.
Otro ejemplo, quizás más conocido, es el de infoLibre, un diario digital español publicado por primera vez el 7 de marzo del 2013, que se definen así:
“infoLibre es una propuesta informativa y cívica que nace en el momento en que la crisis económica amenaza tanto a la democracia como al periodismo, subordinados cada vez más a los intereses del poder económico y financiero.
infoLibre aspira a practicar un periodismo: profesional, independiente, libre, honesto y riguroso, de calidad, progresista y comprometido , participativo, con espíritu internacional”Y es que muchos pueden decir, “en España no hay censura, El Intermedio de Wyoming lo confirma”. Pero lo que no tantos saben es que La Sexta pertenece a Antena3. Dos cadenas de ideología totalmente opuestas, ahora unidas.
Aquí tenemos un nuevo vídeo, ahora ya en terreno español, en el que se representa y se lleva al día a día de los periodistas este conflicto:
También he encontrado este blog en el que se citan 25 noticias censuradas durante el 2013.
Es decir, que en este mundo occidental lleno de libertades y actos de rebeldía, al fin y al cabo seguimos maniatados al poder de unos pocos. De ahí que cada vez sean más los medios alternativos que nacen para darle la vuelta a la tortilla y tratar de concienciar a la gente de que vivimos en las sombras de Platón. Es por esto, que el pueblo cobra vida y crea Revista Sem Terra, la Red Kichua de Ecuador y Voces de la tierra, como ejemplifica “Seamos los media”, texto que termina con el siguiente resumen:

Osvaldo León, Sally Burch y Eduardo Tawayo G. (2005). Comunicación en movimiento: ¡Seamos los media! Pág. 179
Así, mi grupo y yo, trataremos de verificar si lo que los medios han contado sobre el caso de los astilleros gallegos es o no cierto, si se han suprimido datos por culpa de presiones o si han sido, como dice nuestro código deontológico, independientes y autónomos. Con un análisis profundo de las publicaciones en distintos medios, y además, con las posteriores entrevistas con los autores, conseguiremos darle solución a este conflicto.
González García, Sabela. 142.C04
La costa como punto cero: Local Hero

La película que nos hace reflexionar sobre qué queremos
La película ´Un tipo Genial` es un claro reflejo de cómo el ser humano se obceca en el dinero y deja atrás grandes oportunidades. Así, se adueña del planeta tierra para construir sin pedir permiso, vuelve virtual parte de sus relaciones y antepone el trabajo a la realidad.
Y tanto podemos hablar de bases petrolíferas como bases navales. Y esto es lo que también ha ocurrido en Vigo. Si coges el coche y recorres la avenida de Beiramar, lo que mi abuela recuerda como las olas que llegaban hasta la puerta, ahora sólo hay carretera y muchas empresas cuya salida es la Ría de Vigo. Una de ellas es Barreras, la misma empresa que en nuestro proyecto estamos poniendo bajo el punto de mira.
Y ya no es sólo construir o no sobre el mar, consiguiendo así que el paisaje característico de Vigo se transforme. Sino que también hablamos de que la industria naval es responsable de una gran parte del problema del cambio climático. Más del 3% de las emisiones globales de dióxido de carbono pueden relacionarse con el transporte naval. Se trata de una cantidad comparable a la de los principales países emisores de carbono, y el sector sigue creciendo. De hecho, si el transporte naval del mundo fuese un país, sería el sexto emisor de gases con efecto invernadero. Sólo los Estados Unidos, China, Rusia, India y Japón emiten más dióxido de carbono que la flota mundial. Sin embargo, las emisiones de dióxido de carbono procedentes de embarcaciones no están reguladas.
Lo también llamativo de Local Hero es la manera en la que se comunican los personajes. La película transcurre en la época de los 80, es decir, años en los que un teléfono móvil todavía es algo extraño y demasiado caro. Por lo que el señor MacIntyre, con la necesidad de mantener informado a su jefe de cómo avanzan las negociaciones y de lo bonito que es el cielo en la costa escocesa, tiene que llamar desde una cabina pública a Estados Unidos. También es destacable cómo convive la gente del pueblo. Al principio de la película, todos están reunidos en la iglesia para poder enterarse de cómo va la compra de sus casas.
Es decir, así como en la gran ciudad, los hombres mantienen conversaciones de uno a uno a través de la tecnología, los habitantes del pequeño pueblo escocés se reúnen en un mismo lugar para hablar todos juntos. Es un poco la confrontación de pueblo y ciudad, de avance y tradición.
Por último, también nos damos cuenta de como, en las menos de las situaciones, el ser humano decide anteponer sus deseos al dinero. Esto es, el jefe de Mac envía a su empleado a conocer el cielo de ese lado del planeta. Poco parece que le interesan las negociaciones de su base petrolera. Y también se refleja en cómo el hombre de la playa no cambia su casa ni por todo el dinero del mundo. Esto nos debería hacer reflexionar, o por lo menos a mí me hacen pensar en como muchas veces nos cegamos y no queremos ver lo más sencillo.
Local Hero es el claro ejemplo de que muchas veces caminamos sin ver a nuestro alrededor, vamos con un objetivo tan marcado, como puede ser la construcción de una base petrolera, que conseguimos olvidarnos del amplio abanico de posibilidades con el que contamos. Y gracias a una densa niebla que obliga a pasar la noche dentro del coche en medio de la carretera, el protagonista de la historia puede salvar a un conejo herido, a pesar de que al final es el hombre el que vuelve a comerse a la naturaleza. Y gracias a que un hombre no quiere vender su playa, un pueblo entero podrá vivir en sus casas, podrá seguir creando su propia historia. Gracias a esos pequeños detalles que pasan inadvertidos, podemos pararnos a recapacitar sobre lo que estamos haciendo.
Aún así, os dejo aquí 39 minutos en los que se desvelan muchas claves de esta historia, que es Local Hero.
González García, Sabela. 142.C04
The Visitor
La música es un lenguaje universal. Ese es el mensaje que nos envía la película de Thomas McCarthy, The Visitor. En ella, las distintas melodías se convierten en el punto central de la relación entre personas que socialmente se consideran muy distintas pero que, en realidad, son iguales.
Respecto a esto, a lo largo de la película podemos observar 3 tipos de relaciones:
En primer lugar, encontramos el vínculo que los inmigrantes establecen entre ellos, precisamente por tener en común la experiencia de abandonar su país para buscar nuevas oportunidades en Estados Unidos. Esta relación les hace crear una comunidad integrada por personas que proceden exclusivamente de otros países, y constituye un caso que podemos observar en el día a día de ciudades como Londres, París o Madrid.
En segundo lugar, la historia nos presenta la compleja relación que los inmigrantes mantienen con la sociedad. Además de la evidente denuncia del trato que reciben, la sensación que predomina en la película es la visión general que las personas tienen de los extranjeros. Los consideran diferentes, ajenos a ellos, como si no fuese posible una comunicación o un vínculo real. Se tiende a pensar que lo lógico es que las dos comunidades, la de los nativos y los inmigrantes, vivan de forma paralela, como dos líneas rectas que se ignoran sin llegar a rozarse. Un ejemplo de esto se ve claramente en la escena del parque, cuando varios extranjeros están tocando los djembés mientras, al otro lado, un grupo de estadounidenses los observan. Es precisamente en esa secuencia en la que Walter rompe los prejuicios y se une a la banda de músicos callejeros.
http://www.youtube.com/watch?v=gY2DEQ7QD4s
El nexo entre Walter y los inmigrantes, representados en este caso por Tarek y Zainab, choca fuertemente con la actitud del protagonista con respecto a las personas que habitualmente comparten su entorno. Le aburren. No hay comunicación, sino interacción. A Walter no le interesa la relación con los de “su clase” por mucho que sea la que se considera “normal”. Muestra una gran indiferencia hacia ellos, poniendo excusas para evitar el contacto, al mismo tiempo que fortalece la relación “extraña” a través de la música. Porque es la que llena su vida.
La música es un puente entre razas y entre tiempos. Con el piano, Walter se comunica con el pasado, con su mujer fallecida. Con el djembé, en cambio, le habla a su futuro, a otras culturas y posibilidades.
Cuando se encuentra a Tarek y a Zainab en su apartamento, y aunque técnicamente no tendría por qué prestarles su ayuda, Walter no se muestra indiferente. Deja de lado la impasibilidad criticada en lecturas como Epílogo y El Flanêur, y se vuelca en estos personajes, dejándoles vivir en su casa, visitando a Tarek en la cárcel y luchando por los derechos de éste.
Tal y como proponía Bauman en su libro, al convertir los problemas de sus huéspedes en los suyos, Walter supera sus propios obstáculos. Deja de sentirse solo y descubre una nueva pasión: tocar el djembé.
http://www.youtube.com/watch?v=Mx0hcxP9T2Y
En estas lecturas se demanda, de alguna forma, una multitud en la que las personas dejen de ser desconocidos y se comuniquen unos con otros, preocupándose y cuidándose mutuamente; en lugar de la existente masa social individualista. Con respecto a esto, The Visitor supone un indicio de esta propuesta comunitaria, indicio que viene dado de la mano del protagonista, Walter, en su actitud hacia Tarek, Zainab e incluso Mouna.
La película es un constante grito. En la sociedad los individuos se ignoran, no se comunican entre ellos y esto, con respecto a nuestro trabajo en aCentral Folque, supone una pérdida de cultura. Esta cultura, en forma de música tradicional, se pierde en una sociedad que no recoge su herencia, ignorándola y considerándola ajena, igual que nos consideramos los unos a los otros.
En el mundo real, las posibilidades de que Tarek y Walter se conociesen el uno al otro serían mínimas. Pero en The Visitor, podemos observar este vínculo que, contra toda probabilidad, funciona. Son dos personas que, a pesar de tener orígenes tan distintos, hablan en el mismo idioma: la música.
Un sonido sin fronteras.
http://www.youtube.com/watch?v=4c5cpTiFg7M
PARDO CREGO, ALICIA 142.A04
El hombre de la fachada
Francia. Años 40. Un hombre que pasea por los pasajes de mármol de París, sin estar realmente en la calle, pero tampoco en el interior. Una figura con alma callejera y zapatos gastados, observando continuamente la multitud.
Es el flanêur, el hombre de la fachada.
Junto a él surgen las fisiologías, el llamado “género de la inocencia”, resultante del intento de ofrecer una imagen lo suficientemente alegre como para despejar el reciente predominio de la vista sobre el oído. Esta preponderancia tiene su origen en el avance de los transportes, que obligó a las personas a observarse mutuamente durante largos periodos de tiempo, y los envolvió en un misterio turbador, pues, como se cita en el texto, “Quien ve sin oír; está mucho más (…) inquieto que el que oye sin ver” (Georg Simmel, Soziologie, Berlín, 1958, pág. 486)
Lo que este género intentaba era, básicamente, ocultar los fantasmas que provocaba una ciudad de desconocidos, aportando información sobre ellos, analizándolos y transformándolos- no verdaderamente, pero si superficialmente- en conocidos. En algo que se pudiese manejar y aportase una falsa sensación de tranquilidad.
De esta forma, nos encontramos con teorías como la de Baudelaire, en la que se aboga por un conocimiento de lo humano directamente proporcional al creciente desasosiego de la gran ciudad. En esta ansiedad ante lo inexplorado, hallaríamos, según este autor, al denominado “dupe”, el engañado, figura contraria al ya mencionado flanêur, el eterno observador.
De nuevo nos tropezamos, a mi parecer- como En busca de seguridad en un mundo hostil, de Z.Bauman- con la consternación de las personas frente a sus vecinos, con la inseguridad que a éstos les provoca no ser, realmente, una comunidad que se comunica, sino un conjunto de individuos, a cada cual más desconocido, que temen al resto y a su propia ignorancia sobre los habitantes de su entorno.
Es el misterio que rodea a las personas. Un misterio que, si bien resulta poco tranquilizador, también posee sus ventajas.
El individuo, como desconocido en la masa, goza de una cierta libertad. La multitud se convierte en un lugar en el que ocultarse, en un manto protector que aleja a cada persona de sí misma. Es, en definitiva, el seno de la tan conocida frase “podemos hacer lo que queramos, aquí no nos conocen”.
Quizá este doble enfoque de la sociedad indiferente en la que se sumerge el individuo-como trampa y como escondite- fue la que dio lugar a que el flanêur se transformase en detective al mismo tiempo que las fisiologías se tornaban en literatura detectivesca. En este nuevo género, lo importante no eran los tipos, sino las funciones de la masa en la ciudad. Se explotaba de esta manera el peligro de lo desconocido en un género en el que la masa de los habitantes constituye la casa del criminal. Un reino en el que el misterio y la desazón que se presentaba cada mañana ante los individuos, ocupaba el trono.
En él, el flanêur continúa siendo el observador por excelencia. Si las fisiologías combatían los fantasmas de la ciudad, este género parece potenciarlos hasta llegar a vivir de ellos.
Surgen con Poe, y precisamente en él encontramos una incongruencia expresada con el contraste entre los intereses privados que nos aíslan y nuestra uniformidad como multitud. De nuevo podemos hacerle un guiño a Bauman: A todos nos preocupa y nos asusta lo mismo, pero nos encerramos en nosotros mismos como si lo afrontásemos solos.
Igual que se enfrenta el flanêur a sus enemigos. Con el paso del tiempo, su figura se ve atacada debido a “un tejido múltiple de registros” para compensar “la desaparición de los hombres en la gran ciudad”. Con la numeración de las casas y los procedimientos de identificación como la firma y la fotografía, no solo se dificulta el papel del flanêur como observador, sino que él mismo se convierte en el observado en una idea de masa como forma de control del individuo.
Personalmente, y ante tantas teorías, me encuentro divida. Creo, como señalaba ya en el texto de Z. Bauman, que una comunidad en la que existiese una comunicación real entre las personas sería un mundo mucho menos peligroso. Sin inseguridades y sin miedos. Sin embargo, también sería, en mi opinión, un mundo sin misterio, sin libertad. Un lugar en el que el conocimiento de los demás se vuelve en tu contra cuando tú también eres el conocido. Cuando ese conocimiento se transforma en un control social de las personas.
La necesidad de dominar y dirigir a la multitud es igual de inquietante que la ignorancia.
PARDO CREGO, ALICIA 142.A04
Epílogo- Z.Bauman
“La inseguridad nos afecta a todos, inmersos como estamos en un mundo fluido e impredecible de desregularización, flexibilidad, competitividad e incertidumbre endémicas, pero cada uno de nosotros sufre ansiedad por sí solo, como un problema privado”.
Ese es, según Z. Bauman, el origen de la inseguridad humana. El egoísmo de mirar hacia otro lado y preocuparse de uno mismo como si muchos de nuestros problemas no fueran, en realidad, los problemas del mundo.
En nuestra día a día, nos vemos rodeados de competitividad, incertidumbre y cambios constantes. El instinto de supervivencia nos grita que debemos protegernos, que la autoconservación es lo principal y que tanto nuestro cuerpo como nuestro entorno (casa, posesiones y vecindario) deben quedar resguardados para librarnos por fin de la tormentosa sensación de inestabilidad que nos asedia.
Es entonces, dice Bauman, cuando empezamos a sospechar de los demás. Cuando empezamos a enfocarlos como el enemigo, sujetos que pueden hacer peligrar todo aquello que hasta ahora habíamos considerado seguro.
Sin embargo, al mismo tiempo y como siempre, encontrar al culpable- lo sea o no- nos proporciona un importante alivio. Tenemos algo contra lo que luchar, algo que enfrentar y sobre lo que exigir justicia y responsabilidades.
Pero si los demás son el enemigo, ¿En quién podemos confiar? El ser humano es un ser social, necesita a los otros, independientemente de que no quiera necesitarlos. Deseamos estar seguros, y lo único que nos proporciona esa seguridad es lo que conocemos. Los que conocemos.
Por eso creamos, a mi parecer, “falsas comunidades” dentro de una comunidad real integrada por individuos que se ignoran. Estos falsos grupos serían los vecindarios, los barrios; zonas habitadas con gente parecida a nosotros, y que, al mismo tiempo, nos permiten alejarnos de los que superficialmente son diferentes. De los que superficialmente son enemigos potenciales.
Irónicamente, el aumentar esta distancia con los supuestos causantes de nuestra inseguridad provoca que ésta se intensifique, que nos sintamos solos ante problemas que comparten nuestros vecinos, y que veamos los problemas de los otros como algo lejano. Nos alejamos porque la variedad nos asusta, porque tememos no ser capaces de reconocer los signos identificativos de las personas dañinas, y creemos- como dice el autor- que “La simplificación que se ofrece solo puede lograrse mediante la separación de las diferencias”.
Según Bauman, precisamente el no afrontar nuestra vida como algo que experimentamos todos, como un ente común que los seres humanos tememos y disfrutamos, y en lo que nos encontramos indiscutiblemente interrelacionados, nos lleva a combatirnos los unos a los otros, en lugar de combatir los verdaderos orígenes del problema: el individualismo.
Es la pescadilla que se muerde la cola.
A mi parecer, la propuesta de Bauman de una “comunidad entretejida a partir del compartir y del cuidado mutuo (…) que atienda y se responsabilice de la igualdad del derecho a ser humanos y de la igualdad de posibilidades para ejercer ese derecho” es tan hermosa como utópica.
Que todos ahondemos en nuestras vidas y en las de los demás, como una comunidad abierta y comunicativa que luche por los derechos de todos, seguramente reduciría en gran medida los casos de violencia e injusticia mundiales. No obstante, opino que este modelo de sociedad no acabaría con la maldad o el egoísmo humano. Seguiríamos, seguramente, sufriendo robos, maltratos, asesinatos y atropellos a los derechos. Continuaríamos nuestro camino con miedo, porque está en la naturaleza humana pedir más de lo que necesita, ser agresivo, y despreocuparse de aquello que no le afecta.
Y puedo estar cayendo en el pesimismo, pero no dudo al decir que sería, no sé si imposible, pero sí terriblemente complicado, llegar a construir este tipo de comunidad. Llegar a ser, en definitiva, personas conscientes de que la clave de nuestra seguridad no radica tanto en nosotros, sino en los demás.
En conclusión, considero que, si bien Bauman tiene razón al señalar como una sociedad más feliz aquella en la que sus miembros se preocupan unos de los otros, creo que es una idea que difícilmente se podría llevar a la práctica. El autor señala, sabiamente, que si resolviésemos la inseguridad colectiva, resolveríamos la individual. Que nos enfrentamos a lo mismo.
Yo respondo que quizá no tuvo en cuenta la naturaleza del hombre:
Todos tenemos los mismos problemas, pero cada uno quiere salvarse a sí mismo.
PARDO CREGO, ALICIA 142.A04
¿Vivimos en un mundo seguro?
Zygmunt Bauman, en el epílogo de su obra En busca de seguridad en un mundo hostil, defiende que echamos en falta la comunidad porque echamos en falta la seguridad. Seguridad necesaria para una vida feliz pero el mundo en el que vivimos, para él, es cada vez más incapaz de prometerla y ofrecerla.
¿Estamos de acuerdo con él? ¿De verdad vivimos en un mundo inseguro?
La verdad que sí ya que las condiciones de vida así lo son. Los periódicos muestran esa inseguridad en sus páginas relatando abusos sexuales, asesinatos o robos y la opinión pública cree que limpiar las calles de estos delincuentes urbanos es la mejor de las medidas para restablecer la seguridad pero, en mi opinión, si no sabemos prevenir o si no tenemos un organismo capaz de hacerlo, esto seguirá ocurriendo, con protagonistas diferentes pero siempre se repetirán los hechos. Por ello, la pregunta es: ¿Somos capaces de prever, tenemos un organismo capacitado?
No. Aunque se intente. Ya vimos en el cuatrimestre pasado, aunque nos limitásemos a hablar de la seguridad en Internet, ejemplos de personas inocentes que por poner un tweet de broma se les deportó, un niño que hizo un juego de palabras y vino la policía antiterrorista a buscarlo a su colegio o a una tienda que se enteró antes que su propio padre, que una chica estaba embarazada. Para los que no lo hayáis visto os dejo el vídeo:
http://www.youtube.com/watch?v=5992zvskJz4
¿De verdad podemos llamar a esto seguridad o es una tapadera? ¿Funciona bien este sistema? Bajo mi punto de vista, no. Las autoridades siguen sin prevenir delitos y nosotros cada vez tenemos menos secretos. Evidentemente, esto es un ejemplo de inseguridad vinculado a Internet pero pueden darse hechos peores.
Por otro lado, Bauman defiende que vivimos en ciudades cada vez más densas y heterogéneas. Debemos de saber crear un proyecto comunitario que conserve su variedad para que la vida urbana siga siendo estimulante pero, al mismo tiempo, hacer que la ciudad sea depurada de la variedad demasiado rica y extensa como para sentirse seguro en ella. ¿Podemos conseguirlo? ¿Sabemos dónde se encuentra el equilibrio perfecto? ¿Creéis que existe? A mí parecer, es imposible. También presenta los principales cometidos de la comunidad: Conseguir igualdad y recursos necesarios para reconvertir el destino de los individuos y ofrecer garantías colectivas. ¿Podríamos conseguirlo actualmente o somos una comunidad demasiado individualista? ¿Tenemos los medios necesarios y estamos concienciados para hacerlo? Yo creo que no y además, pienso que la seguridad es un concepto, pero no existe en toda su totalidad.
Búa del Río, Silvia BCP.101