Hablemos del Síndrome de Down

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Después de varias semanas trabajando con chicos y chicas con Síndrome de Down mi curiosidad se ha despertado. La mayoría de nosotros reconocemos las características de una persona con Down y podemos apreciar si sufre esta patología; algunos (seguro que no todos) sabemos que se produce por una alteración genética, pero más allá de esto… ¿Qué conocemos sobre el Síndrome de Down, una de las discapacidades que se da con mayor frecuencia? Desde que Down Compostela nos abrió sus puertas, creo que demasiado poco.

Para empezar la mayoría de nosotros, principalmente por desconocimiento, nos referimos al Down como una enfermedad. No podríamos estar más equivocados, las personas con Síndrome de Down no están enfermas ya que no pueden “curarse” ni paliar los “síntomas” de su síndrome con ningún tipo de tratamiento. Es más, muchísimas personas con Down están completamente sanas.

El Síndrome de Down se produce por una alteración genética que normalmente aparece en la pareja de cromosomas 21, a la que se suma un cromosoma más (trisomía 21). De esta manera, sus células tienen un cromosoma extra, sumando un total de 47 en vez de 46. Esta agrupación errónea se produce de forma natural casi en el mismo momento en el que se forma el feto, y es la responsable de la discapacidad que sufren los afectados del síndrome. En este vídeo se explica de manera muy gráfica qué es lo que sucede en este proceso: http://www.youtube.com/watch?v=EA0qxhR2oOk

Este error de la naturaleza es el que hace que las personas con Síndrome de Down sean un poco más lentas, tengan unas características físicas específicas o les cueste un poco más aprender, fijar conceptos. Pero a pesar de esto con refuerzos, paciencia y sobretodo con una educación que se adapte a sus necesidades, los chicos y chicas con Down pueden realizar cualquier tarea cotidiana con la más absoluta naturalidad y sin necesidad de ningún tipo de ayuda.

Muchas personas se dirigen a la gente con Down con lástima, posiblemente porque no saben que, al igual que todos los demás, son personas independientes y felices que solo necesitan que se conozcan sus diferencias para poder integrarse.

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GÓMEZ BASADRE, ISABEL 142.D01

Posted on 24 Febreiro, 2014, in Posts individuais and tagged , . Bookmark the permalink. 4 Comentarios.

  1. Es cierto que el Síndrome de Down es una deficiencia genética, pero también tiene una fuerte implicación en la salud del individuo. Un ser humano que sufre Síndrome de Down es, por su condición, más débil ante las adversidades, y por ello su salud se resiente de manera más obvia y sencilla. El esfuerzo, la dedicación y la paciencia que se debe invertir en ellos (siempre dependiente del grado de la deficiencia) es una simbología clara de que, a priori, no pueden ser tratados como individuos corrientes, puesto que su genética ya dice por si misma que, realmente, no lo son.

    143 D04 Viéitez Torrado, Adrián

    • No estoy para nada de acuerdo, son personas corrientes (con necesidades diferentes, eso sí) y deben ser tratados como tal. Y no sé si te has documentado, pero a pesar de que sí hay algunas patologías asociadas al Down (problemas auditivos o visuales o anomalías intestinales, por ejemplo), lo cierto es que la salud de una persona con Síndrome de Down no tiene por qué diferenciarse en nada de la de una que no lo padece. La trisomía y la salud no van asociadas.

      Gómez Basadre, Isabel 142.D01

  2. No estoy nada de acuerdo contigo Adrián. Tú te estás dejando llevar por un mero estereotipo que, por desgracia, lleva demasiados años implantado en la sociedad. Son, sean lo que sean, personas corrientes, como nosotros; salvo que ellos poseen una deficiencia genética muy peculiar. Pero, ¿y? Mi hermano es celíaco y propenso a la epilepsia, sin embargo tiene un coeficiente intelectual muy por encima de la media. ¿Debería tratarlo de forma diferente solo por su enfermedad -y créeme cuando te digo que la celiaquía sí es una enfermedad grave-? Pues no. Cada persona, sea cual sea el nombre de su problema, deficiencia genética o enfermedad, sigue siendo una persona. Te guste o no. Cada uno tiene un grado de gravedad diferente, tanto que realmente es cierto que determinadas personas tienen más dificultades para su interacción e integración con la sociedad, pero no por ello deben ser tratadas como “bichos raros”. Todos somos iguales, ¿o también vas a tratar a una persona con alergia a los perros de forma diferente porque su genética es distinta a la tuya? Como dice Isabel, todos somos personas corrientes. Lo normal no existe o, tal vez, lo que creemos que es normal tal vez no lo sea.

    Adrián, te recomiendo que leas este artículo (http://www.telam.com.ar/notas/201303/11102-el-sindrome-de-down-no-es-una-enfermedad-sino-una-discapacidad-una-condicion-de-la-persona.html) , probablemente te haga reflexionar sobre tu forma de pensar. La respecto, obviamente, pero no la comparto en absoluto.

    Pérez Seijo, Sara 142.E04

    • Estoy completamente de acuerdo contigo Sara, ante todo debe de prevaler la condición de la persona. Cada uno padece las consecuencias de su enfermedad (dejando de lado que el Down no es una enfermedad como bien se explica en el artículo que adjuntas y en el post) independientemente de la gravedad de la misma, y tiene derecho a ser tratado como un igual por toda la sociedad. La exclusión por motivos como este no debería de tener cabida.
      Saludos!

      Gómez Basadre, Isabel 142.D01

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