Nicotina, cafeína y oxitocina
El ritmo de la película es sosegado. No hay prisas. Hablar necesita de alguien que escuche y tiempo para hacerlo. El espectador se sumerge en ese tiempo sin incomodidad y saboreando cada detalle: las conversaciones, las miradas, los silencios, las interrupciones para encenderse un cigarro. Pero nada es superfluo. Se impone un ritmo cotidiano, incluso rutinario pero a la vez necesario para tratar este tema y construir este universo tan cercano y real, que no deja de ser tremendamente existencial y desbordante de ternura y emotividad.
Desde los primeros fotogramas me acordé de otra gran película, Smoke. En la que las conversaciones y el humo son también los ingredientes principales. Pero no es el único nexo entre ambas películas y es que Smoke termina con una canción de uno de los consumidores adeptos de la nicotina y la cafeína, Tom Waits, que aparece en una de las conversaciones de Coffee and Cigarretes. Este es el tema que despide la película Smoke:
http://www.youtube.com/watch?v=x6KkJ6-Ecxw
Esta película de 1995 está dirigida por Wayne Wang y es una adaptación de un cuento de Paul Auster. El estanco es el punto de encuentro de unas vidas mediocres y complicadas que se sobrellevan con el humo de los cigarros colonizando los pulmones. Así hablaba Elvira Lindo sobre la película Smoke:
“Por esa maravillosa red de conexiones cerebrales, la cerveza de Brooklyn me hace recordar una película que volví a ver el otro día, Smoke. Al vídeo de Smoke le han incorporado comentarios de Harvey Keitel: “Esta película”, dice, “habla de la esquina que cada ser humano tiene en el mundo”. La voz cálida de Keitel nos cuenta cómo interpretó a Auggie, ese tendero que todos quisiéramos tener en nuestra esquina para disfrutar de ese tipo de amistad que surge del trato casual. La amistad que no buscas, pero encuentras, la felicidad del azar. Es por azar por lo que de pronto recuerdo la escena final de Smoke, esa en la que Keitel le cuenta una historia navideña al escritor interpretado por Willian Hurt. Están sentados en una vieja cafetería. Siempre había pensado que como la película estaba rodada en los escenarios reales, la cafetería estaría en el Brooklyn de Paul Auster. Apurando mi último bocado de felicidad, le pregunto al dueño: ¿Fue rodada aquí una escena de Smoke?, y me dice con orgullo: “La última, justo en ese rincón”. Y aunque no soy propensa a la mitomanía, ese pequeño hallazgo me dibuja una sonrisa en la cara. ”
Y es que a veces la felicidad está en un simple cara a cara a dos cafés y un cenicero de distancia.
Ficha de la película: http://www.filmaffinity.com/es/film391573.html
Añón Gándara, Amara
Posted on 28 Febreiro, 2014, in Lecturas e filmes and tagged 141 B02, Añón Gándara. Bookmark the permalink. 2 Comentarios.
Abro aquí un debate de opinión. Credes, Amara ou demais, que se xera a mesma relación -a mesma comunicación- en torno a par de cafés que en torno a un par de cervexas? Que incidencia teñen os graos de alcohol nestas conversacións?
Polo de agora, convido a un par para discutilo.
Gómez Sal, Lucas. BCP 203
Sabes de sobra Lucas por experiencia propia y compartida que con unas cervezas las conversaciones adquieren otro grado de emoción no comparable con los cafés, pero también que las conversaciones delante del café son más pausadas, más sosegadas y un poco más meditadas. Pero un día charlamos con café y otro birras, y sacamos conclusiones.
Añón Gándara, 141 B02