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Firmas invitadas II: Carlos Martínez

Carlos Martínez (d) junto al profesor Jorge Sobral en una conferencia | ©Andrea Oca

Carlos Martínez (d.) junto al profesor Jorge Sobral en una conferencia | ©Andrea Oca

Hace más de diez años, cuando me preparaba para asumir la coordinación de la  Asociación Itínera, tuve la ocasión de asistir a un seminario sobre la relación entre terapeutas y enfermos.

No entendí nada.

El 21 de diciembre del 2012  fue el día más lluvioso del año.  Aunque la fecha ya era señalada por los mayas que  decían  que iba a ocurrir  nosequéfenómenocósmico, para nosotros era el viernes en que íbamos a disputar el I Torneo Solidario Hospital Psiquiátrico de Conxo contra un equipo formado  por personal y amigos de la Oficina del Peregrino. La cantidad de agua que cayó sobre el terreno de juego había convertido el campo en un barrizal y  los rivales estaban discutiendo sobre  la conveniencia o no de salir a jugar.

Los Tornillos  (ese es el nombre de nuestro equipo)  formamos en círculo en mitad del campo mientras el chaparrón nos empapaba. Pese al mal tiempo nadie había desertado en aquel equipo formado por voluntarios y usuarios de los dispositivos de Salud Mental  cuyos rasgos más definitorios eran el tabaquismo compulsivo, el asma y una exagerada predisposición al sobrepreso. Sin embargo nadie se había excusado de participar en el  que para nosotros era el partido de la temporada.

 Me dispuse a dar las últimas instrucciones tácticas antes del encuentro:

“Ejem”- carraspeé nervioso, mientras intentaba recordar lo que me habían dicho en aquel seminario hacía casi una década, sobre cómo motivar a las personas  con trastornos y crear cauces de comunicación para  que surgiera  la relación fraternal y el amor libre.

 “¡Atención, señoritas!” – grité.  Éste, sin duda, era un buen comienzo.

“Tengo dos noticias, una buena y otra mala. La mala es que no tenemos puñetera idea de jugar al fútbol. La buena es que hoy no vamos a hacer deporte…  ¡Hoy seremos las señoras de la limpieza! ¡Y vamos a fregar el campo!”.

De manera entusiasta los quince jugadores tomaron sus posiciones (tuve que explicarles a cuatro de ellos que tenían que ocupar el banquillo porque sólo puede haber once titulares). Los rivales, animados por nuestro ejemplo y de manera imprudente, también saltaron al  campo de juego.

Ganamos 6-1.

Animados por la superación del desafío  todos los jugadores  han  retomado  sus estudios  académicos  y, en algunos  casos,  ya han obtenido su correspondiente titulación.

Actualmente sigo sin saber nada de cómo comunicarme de manera especial con las personas con Trastornos Mentales Severos. Me fijo en la parte de la frase que pone personas y dejo la otra parte  a los terapeutas especializados.

 A día de hoy tampoco he aprendido a jugar al fútbol.

CARLOS MARTÍNEZ UZAL,

COORDINADOR ASOCIACIÓN ITÍNERA

Fotografiando Itínera

Las fotografías de usuarios y voluntarios en las diferentes actividades ilustran la sede de la asociación

Las fotografías de usuarios y voluntarios en las diferentes actividades ilustran la sede de la asociación

Los voluntarios no necesitan ser expertos, sólo querer contribuir

Los voluntarios no necesitan ser expertos, sólo querer contribuir

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La base de Itínera es ayudar

La base de Itínera es ayudar

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Actividad de medio ambiente, basada en la rehabilitación del antiguo cementerio del Hospital Psiquiátrico de Conxo

Actividad de medio ambiente, basada en la rehabilitación del antiguo cementerio del Hospital Psiquiátrico de Conxo

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Titorizado 4a, 142.E00

 

 

 

Estudiando la comunicación de una particular comunidad: asociación Itínera. Estudio 142.E00

2º CURSO GRADO EN PERIODISMO

ESTUDIANDO LA COMUNICACIÓN DE UNA PARTICULAR COMUNIDAD: ASOCIACIÓN ITÍNERA

MODALIDAD (TG-MP)

                                                                                                               142.E00

Mosquera Montoya, Antonio 142.E01

Oca Domínguez, Andrea 142.E02

Pérez Álvarez, Lucía 142.E03

Pérez Seijo, Sara 142.E04

Título

Estudiando la comunicación de una particular comunidad: asociación Itínera.

Autores

Mosquera Montoya, Antonio 142.E01

Oca Domínguez, Andrea 142.E02

Pérez Álvarez, Lucía 142.E03

Pérez Seijo, Sara 142.E04

Lugar y fecha de publicación

Santiago de Compostela, 2014

Páginas

15

Resumen del trabajo:

 Una asociación no del todo desconocida para nosotros. Un compañero trabajando como voluntario, dos madres de dos miembros familiarizadas con el tema (psicóloga y enfermera) y, sobre todo, gran interés. Teníamos una visión demasiado idealizada en la que suponíamos que las terapias psicológicas estaban a la orden del día y que la igualdad estaba garantizada. Pensábamos que no se podría mencionar directamente ciertos temas relacionados con la enfermedad e incluso que nos acogerían con desconfianza. Tras llegar allí, empezamos a acudir cada semana a diferentes actividades y a situarnos en el papel de observadores e interrogadores. Poco a poco, nos fuimos dando cuenta de los errores existentes en la jerarquía de los voluntarios e incluso de los usuarios más capaces, en el papel demasiado dominante de Carlos Martínez y en la existencia de algunas actividades no perfectamente organizadas. Durante todo el proceso nos documentamos sobre la comunicación entre los enfermos y entre ellos con el resto de la sociedad así como sobre comunidades discriminadas, para tomar nota mejor de todo lo que nos rodeaba y poder, finalmente, analizar. Las entrevistas realizadas a voluntarios y usuarios han sido clave para ofrecer una visión crítica de la asociación ya que confirmaron que los errores que nosotros veíamos también eran compartidos por ellos. Fuimos así llegando al final del proceso, para poder concluir que, pese a que la comunicación interpersonal funciona, Itínera como comunidad no es perfecta: la igualdad no está garantizada, los papeles dominantes están a la orden del día y muchas actividades fallan.

Índice:

1. Antecedentes…………………………………………………..5

2. Hipótesis iniciales……………………………………………..6

3. Metodología: de lo general a lo particular, proceso y procedimiento ……………………………….7

4. Fases: triangulación entre documentación, experiencia y entrevistas……………………………………9

4.1. Documentación………..…………………………9

        4.2. Observación………………………………….10

4.2.1.Observación interna y  externa………………10

5. Conclusiones…………………………………………………12

6. Bibliografía…………………………………………………….15

1. Antecedentes:

Uno de los motivos que nos acercó a la asociación Itínera de voluntariado en salud mental como eje de nuestro proyecto de análisis y observación fue el contacto previo con el que contábamos en este ámbito. Uno de los integrantes del grupo, Antonio (coordinador) lleva desde septiembre del año pasado colaborando como voluntario en la asociación. Este factor fue determinante para trabajar sobre Itínera, puesto que nuestras ideas previas ya no partían de cero. Antonio nos transmitió previamente su experiencia con Itínera así como facilitó el contacto con sus integrantes. Por lo tanto ya sabíamos de entrada qué era Itínera, lo siguiente era indagar sobre ella y descubrir cómo trabaja. En segundo lugar, el grupo contaba con un cierto contacto o familiaridad en el tema de la salud mental, o por lo menos no era un tema desconocido por completo. Este contacto previo con el tema se debe gracias a dos personas de la esfera familiar de dos de nuestros integrantes, en este caso de dos madres cuya profesión está firmemente ligada con la salud mental. Por un lado, Flor Domínguez, enfermera (trabajó en la unidad psiquiátrica del hospital de Conxo) y por otro, María José Montoya, psicóloga y psicoanalista clínica.

Por otra banda, creemos interesante mencionar ciertos aspectos que nos sorprendieron en ese primer contacto con la asociación. En primer lugar nos sorprendieron las facilidades que tiene el voluntario para acceder. Todos los voluntarios deben entrevistarse con Carlos Martínez, coordinador de Itínera, antes de iniciar cualquier otro tipo de contacto. Pero la entrevista se focaliza en los gustos y aficiones del voluntario para sacar más partido en aquello que suscita interés. No importan tanto las cualificaciones o estudios, sino más bien una motivación y un compromiso. A pesar de focalizarse en los intereses de las personas para asumir funciones de voluntario, lo cual nos parece positivo (las motivaciones personales deben ser el eje central del voluntariado), nos sorprendió que no existiera un proceso de formación o de adaptación para estos voluntarios recién llegados. Ni siquiera un contacto o una comunicación periódica (reuniones, asambleas…) entre estos con el fin de compartir experiencias para evolucionar. En segundo lugar nos sorprendió la igualdad entre voluntarios y usuarios dentro de las actividades. Tanto voluntarios como usuarios se encuentran mezclados, por lo que, en un primer momento, es imperceptible su diferenciación. Este factor rompe con la idea preconcebida que nos hacíamos de Itínera, donde pensábamos que los papeles estaban perfectamente definidos y la relación entre voluntario y usuario era jerárquica, es decir, una relación de monitor-alumno. Sin embargo nos sorprendió que la relación fuera lineal, más próxima a una relación de amistad o de compañerismo.

2. Hipótesis iniciales:

Antes de dar comienzo a cualquiera de las actividades, en el grupo nos hemos planteado una serie de hipótesis que creíamos casi irrefutables pero, tras nuestra experiencia con la asociación, nos hemos dado cuenta de que no todo sucede como nos gustaría o como dicen en Itínera.

Nuestra primera hipótesis giró en torno a la idea de que Itínera era una comunidad en sí, sin discriminación alguna. Es decir, nos planteamos la existencia de un clima de igualdad, de inexistencia de jerarquías que diferenciasen más de lo necesario al voluntario del usuario y viceversa. Es decir, es obvio que el voluntario siempre tendrá un papel de encargado o responsable mucho mayor que el propio usuario en el recinto, pero presupusimos que los usuarios no conciben a los voluntarios como alguien superior, al menos no más allá de su labor de  “responsable del orden”.

Por otro lado, nuestra siguiente hipótesis se centró en la comunicación en la asociación. Partimos de la premisa de que la comunicación interpersonal iba a estar condicionada por temas tabúes (evitar hablar abiertamente de ciertos aspectos), por menos vínculos entre usuarios y voluntarios y, en resumidas cuentas, de una relación mucho más individualizada en Itínera. Es decir, supusimos que a los usuarios les costaría abrirse y expresarse entre ellos, con los voluntarios y con cualquier persona ajena a la asociación.

En tercer lugar, en cuanto al voluntariado, supusimos que todos los voluntarios en la asociación tendrían la capacidad y formación necesaria para llevar una actividad y  controlar cualquier imprevisto que un usuario en un momento determinado protagonizase. Pensamos que habrían recibido cursos, habrían estudiado carreras vinculadas a las enfermedades mentales (Psicología por ejemplo) o tendrían experiencia en otras asociaciones o instituciones similares.

Por último, también nos planteamos la hipótesis de que todas las actividades de Itínera tenían como fin la rehabilitación de los usuarios y, en menor medida,  una función de formación y entretenimiento. Partíamos de la idea de que ninguna actividad requería un nivel intelectual determinado, que todas estaban abiertas a cualquier usuario y que no se restringía así, de manera consciente o inconsciente, la participación a nadie. Junto a eso, muy ligado, surgió la conjetura de que posiblemente la asistencia a las actividades fuese algo totalmente voluntario y no obligatorio.

3. Metodología: de lo general a lo particular, proceso y procedimiento:

Ahora nos centraremos en el método de trabajo que hemos seguido. Partiendo de esas hipótesis iniciales, completamos el formulario de la PTA con el que plasmaríamos formalmente los temas a tratar. En primer lugar, acudimos al piso que actúa como sede de la Asociación Itínera, donde tienen lugar la mayoría de las actividades que se llevan a cabo. La población con la que tratamos no fue siempre la misma, aunque pertenezcan al colectivo de personas con problemas de salud mental, ya que la variedad de actividades se caracteriza también por la variedad de los grupos que las conforman. En todo caso, hablamos de que aproximadamente participan en las actividades unas veinte personas. Asimismo, el papel del voluntariado también fue analizado en nuestro trabajo.  Antes de comenzar, teníamos hecha ya gran parte del trabajo de documentación sobre el funcionamiento de la asociación, puesto que nuestro compañero y coordinador del grupo, Antonio, es voluntario. Así, tanto las presentaciones del resto de voluntarios como la de los usuarios fueron más fluidas. Además, su experiencia en las actividades nos facilitaron poder conocer cómo funciona. Debemos apuntar, sin embargo, que esto no nos creó ideas preconcebidas, ya que todos sabíamos que Antonio acudía allí para trabajar y que su visión se podría ver nublada por eso. Nosotros debíamos ir ahora a observar posibles fallos o aciertos en la comunicación dentro de esa comunidad y así hemos avanzado en el trabajo.

Durante los tres meses de trabajo, acudimos cada semana a las actividades, repartiéndonos el trabajo entre los miembros del grupo. Para recoger toda la información posible, tomamos nota del funcionamiento de cada actividad, de nuestras conversaciones con usuarios y voluntarios, con el coordinador… También grabamos un vídeo recogiendo las impresiones de una de las voluntarias (Fátima Díaz) que llevan el taller de habilidades sociales, y que compartimos en el blog. Al salir de las actividades, hicimos puestas en común para conocer cómo había transcurrido esa jornada. Esta parte fue fundamental a la hora de escribir nuestros post individuales, pero especialmente, los posts grupales, en los que quisimos plasmar nuestro seguimiento con un escrito consensuado por todos los integrantes del grupo. Toda esta información la complementamos con los temas de las lecturas recomendadas (LR) y películas que visionamos. Tal y como explicamos en la PTA, cada uno de nosotros escogió diferentes recursos para poder abarcar el tema a tratar en todo su conjunto. Esas lecturas, junto con los debates que después se llevaron a cabo, fueron útiles a la hora de entender los conceptos de comunicación y comunidad. A su vez, precisamente estos temas se tocaron en las clases expositivas, a través de los mapas conceptuales, con los que pudimos profundizar en el tema escogido: el valor de la comunicación como bien comunitario. Por otro lado, contamos con las firmas invitadas de Flor Domínguez y Carlos Martínez, que nos ayudaron con sus opiniones a tener una visión exterior a lo que nosotros habíamos visto dentro de la asociación.

4. Fases: triangulación entre documentación, experiencia y entrevistas:

Podemos dividir nuestro trabajo en tres fases diferenciadas: documentación, observación y análisis. El transcurso de estas fases no siguen un orden cronológico perfectamente definido, pues unas fases como otras se pueden solapar e incluso complementar en el mismo espacio temporal. Aunque lo cierto es que guardan una cierta coherencia evolutiva, es decir, para pasar a la siguiente necesitamos tener dominada la fase anterior, pero no necesariamente completada.

4.1. Documentación:

La fase de documentación supuso la primera toma de contacto con la asignatura. Pese a llevarnos varias semanas, es cierto que realmente esta fase nunca ha terminado de todo.  Con el paso de los días vamos descubriendo nuevos problemas, intereses o incógnitas que nos reclaman mayor información para poder tratar los temas con una competencia asequible. Pero esta documentación (que podemos definir como complementaria) dista mucho de aquella inicial que era fundamental y básica para afrontar el proyecto, especialmente para poder elaborar una organización y unas pautas a seguir. Para abarcarla seguimos las indicaciones y recomendaciones del profesor Martínez Hermida, como la teoría de la comunicación de Palo Alto o la película Mr. Jones (Mike Figgis, 1993), complementándolo con otras informaciones  que nos parecieron de utilidad.

Una vez organizado el proyecto en esas primeras semanas y documentado lo suficiente como para actuar (lo cual nos proporcionó también confianza) y seguir la estructuración y pautas marcadas, pudimos avanzar hacia la siguiente fase: la observación.

4.2 Observación:

En esta fase hubo un pequeño desbarajuste, puesto que uno de los integrantes del grupo ya colaboraba con la asociación.

Así pues, a esa persona le fue más complicado realizar la fase de observación desde una postura externa, es decir, actuar como un mero observador y no como un miembro más. Pese a todo, el objetivo de esta fase era averiguar el funcionamiento de Itínera y valorar su comunicación sin formar parte de ella. Simplemente ver la comunicación entre los miembros de la comunidad. Todas las observaciones e indagaciones fueron suscitándonos diversas reflexiones que hemos querido plasmar en las entradas, tanto individuales como grupales, realizadas en el blog de la asignatura, así como otras posibles inquietudes o intereses que nos han ido surgiendo a medida que hemos ido avanzando en este proyecto.

Una vez observada la comunicación y el funcionamiento en general de la asociación desde una postura externa hemos querido involucrarnos más en ella. Con esto, ahora sí participando y formando parte de las actividades, hemos conseguido formar parte de la estructura comunicativa al participar como emisor o receptor y hemos podido valorar de cerca la experiencia. Además, poco a poco hemos ido ganando confianza con los miembros de Itínera (tanto usuarios como voluntarios). Este factor ha sido determinante para conocer sus opiniones, experiencias, críticas, etc. Así como lo que más y menos valoran de la asociación Itínera.

 

4.2.1. Observación interna y externa:

Antes de terminar con este apartado, nos gustaría comparar dos procesos: la observación externa (sin involucrarse en las actividades) y la observación interna (involucrándonos y participando casi como un miembro más). Inicialmente partíamos de la advertencia de que a Carlos Martínez le disgustaba el hecho de que observáramos el funcionamiento de la asociación sin involucrarnos en ella. Además, también contábamos con la advertencia de que intentaría “hacernos trabajar”. Y sí, ha sido así. Cuando hemos hablado con él nos manifestó que no entendía cómo íbamos a entender el funcionamiento de Itínera si no participábamos en ella, que ese conflicto se había generado otros años y que escapaba a su comprensión. Sin embargo, finalmente se mostró comprensivo y nos dio libertad para actuar del modo en que se nos requería, y hay que destacar que por su parte todo han sido facilidades. Hemos podido acudir a las actividades siempre que lo hemos considerado y siempre se ha mantenido receptivo para atender nuestras peticiones (por ejemplo, al participar como firma invitada). Por lo tanto, desde el punto de vista de Itínera han valorado más la segunda fase de la observación, cuando nos involucramos en mayor medida.

Además, la observación interna de la que hablábamos hizo el papel de nexo de unión con la última de las fases troncales del proyecto: el análisis. Con lo que habíamos averiguado sobre Itínera y con las ideas adquiridas a raíz de la documentación, ya estábamos en condiciones de valorar aquello que nos parecía que funcionaba y aquello que presentaba lagunas o posibles deficiencias. En esta fase nos rondó por la cabeza una incógnita que el grupo se planteó resolver desde el principio: ¿Es Itínera una asociación que trabaja la rehabilitación de los usuarios o por el contrario cumple una función más próxima a la formación y al entretenimiento? En esta fase hemos definido lo que más se acercaba a nuestra percepción sobre el funcionamiento de Itínera y hemos concluido que el trabajo en la asociación es de gran ayuda para aquellas personas que ya están rehabilitadas. Sí es verdad que proporciona valores que ayudan a llevar una mejor calidad de vida y no hay duda de que incentivan la vida autónoma e independiente. Pero Itínera no funciona como un centro rehabilitador como tal. Aquellas personas que acuden a Itínera deben estar ya rehabilitadas y contar con una vida estable. En ese aspecto podríamos comparar Itínera con un centro de actividades extraescolares. Forma, educa y es divertido. No trata a personas enfermas, trata a personas sanas con algún tipo de desorden.

5. Conclusiones:

Finalmente, mostraremos ahora nuestras conclusiones que pondrán punto y final a nuestro estudio sobre Itínera. Partimos de la idea de que Itínera formaba una comunidad, por eso tratamos de apreciar si de esa crisis en la que se encuentran las personas con problemas de salud mental, Itínera logra crear un vínculo de convivencia. Tras nuestra experiencia, pensamos que en esa comunidad que forma Itínera existe un nivel de desigualdad y de discriminación. No todos los usuarios están capacitados para ir a las mismas actividades y los voluntarios son vistos desde un nivel superior. Sin embargo, los usuarios sí se sienten integrados ya que su pequeño oasis de paz es ese espacio. Esa integración que sienten daría un punto a favor a la asociación pero Carlos Martínez siempre insiste en que el papel de Itínera es rehabilitador y no de entretenimiento. Eso sí que no se cumple ya que los propios usuarios van a las actividades como si fuesen a un entretenimiento escolar. Ahí tendríamos por tanto un acierto y un desacierto para la asociación: se crean lazos de amistad pero esa comunidad creada no cumple ninguna labor de rehabilitación en las personas, que es lo que se pretende.

En cuanto a la comunicación, nos centramos en observar la existencia y funcionamiento del proceso comunicativo. Nos ha sorprendido que, aunque los usuarios tienen problemas para expresar sus sentimientos, se sienten muy a gusto hablando entre ellos. También comparten sus problemas y vivencias fuera, cuando quedan para tomar un café o cuando después de una actividad algunos van a comer juntos. Son abiertos con el exterior ya que nos acogieron muy bien –sociabilidad propia, pero no mérito de la asociación-.

El papel de los voluntarios es el que más críticas negativas nos ha despertado. Los voluntarios no tienen ningún tipo de formación, un error porque los que llevan determinadas actividades muchas veces no muestran las aptitudes correctas: no saben cómo llevar la actividad de adecuadamente y algunos no sabrían reaccionar en una situación compleja con un usuario. Además, muchos voluntarios tienen una actitud muy pasiva, lo cual se refleja en faltar a actividades, en no mantener su compromiso inicial… Sin romper ese “anonimato” que se mantiene al  no diferenciar entre usuario y voluntario, sí que tiene que hacer una distinción entre voluntarios que coordinan actividades y los que no. Una formación de voluntariado incluso impartida por los voluntarios más antiguos haría que todo funcionase mejor ya que ahora el aprendizaje es lento y totalmente autónomo. Esto provoca que Carlos Martínez, el coordinador general de la asociación, tenga un papel muy dominante. Mantiene una excelente relación con los usuarios, lo veneran, pero su papel dentro de la organización es totalmente cuestionable. Acapara las actividades con sus ideas, incluso haciendo que los demás no participen porque se llegan a sentir menos importantes e inteligentes que Carlos. No da voz a todo el mundo en las actividades que coordina (debate) y no tiene ningún tipo de filtro a la hora de aceptar la entrada de voluntarios. Su papel es dominante y protagonista, lo que nos hace pensar que, si falta él, los voluntarios no serían capaces de seguir programando y estructurando las tareas que se realizan en el día a día. Además, al intentar ofrecer un trato normalizado, está cayendo en el error de no valorar las necesidades especiales que tienen algunos usuarios. Cuando se enfada fuertemente con una persona en la actividad de fútbol, no se da cuenta de que las emociones que suscita son mucho más exageradas que las que provocaría en una persona que tuviese una plena salud mental.

Respecto a las actividades, las analicemos por separado para ver si realmente funcionan. Debate es un completo desastre. No todos los usuarios pueden acudir a ella porque los temas propuestos son bastante complicados para cualquiera y más para personas que, en muchas ocasiones, han tenido que dejar de estudiar debido a su enfermedad. Algunos no quieren acudir a debate porque el nivel de dificultad hace que se sientan incapaces, esto provoca que la propia asociación esté creando situaciones de discriminación. Nuestra propuesta es formar dos turnos de debate: uno con temas más filosóficos y existencialistas como los de ahora para la gente interesada y otro con temas más livianos. Cada uno iría al turno que prefiera según sus gustos. O bien introducir una variedad de temas en un sólo turno, dando oportunidad a temáticas más ligeras y sencillas de abordar. Con la actividad de medio ambiente, éramos muy críticos al principio porque pensábamos que no se fomentaba la comunicación; tardamos en caer en la cuenta de que su labor es la de que los usuarios se organicen y trabajen en común para realizar un proyecto, en este caso el de rehabilitación de un cementerio. No sólo hablando se comunica uno, trabajando en equipo hacia un objetivo común se crea tanto comunidad como comunicación. El taller de habilidades sociales sólo funciona en la medida en la cual los participantes están comprometidos. Carlos anima a todos a acudir al taller y eso es un error, porque la gente que no quiere compartir sus vivencias y sentimientos no sólo se muestra pasiva sino que ralentiza al grupo entero. Sobre fútbol, los propios voluntarios han dicho que no funciona porque acaparan los entrenamientos y los partidos unas pocas personas que “son los mejores”. Itínera se olvida aquí de que no se trata de montar un equipo de fútbol de calidad técnica sino de calidad y ayuda humana. El taller de cine y de lectura sí que son provechosos ya que no sólo entretienen, también cultivan la mente a nivel intelectual. Eso sí, Carlos en principio no se encarga de llevar estas dos actividades y lo acaba haciendo debido a la incapacidad de los voluntarios (en este caso voluntarias) que pone al cargo.

Como breve resumen, concluimos que las soluciones pasan por no fomentar la discriminación con las actividades, tener un grupo de voluntarios que puedan contribuir con sus conocimientos a la rehabilitación e integración social y situar a Carlos Martínez en una escala de importancia mucho menor.

6. Bibliografía:

Informe en el que se analiza el trato mediático de la salud mental.

  • FIGGIS, Mike (director): Mr. Jones, 1993 (filme).

Película recomendada por Martínez Hermida.

  • GEERTZ, Clifford.”El sentido común como sistema cultural”. En: Conocimiento local. Ensayos sobre la interpretación de las culturas. Paidós, 1999.

LR que reflexiona sobre el sentido común.

Fuente básica para la documentación previa sobre la asociación antes de tomar contacto con el personal al mando.

  • WATZLAWICK,  Paul: “¿Es real la realidad?”, Herder, 2003.

Libro del autor austríaco en el que reflexiona acerca de la existencia de más de una sola realidad.

Firmas invitadas I: Flor Domínguez

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Hospital Psiquiátrico de Conxo

Tengo experiencia en el trato con personas que sufren un trastorno mental debido a mi labor de enfermera. Trabajé en alguna ocasión en la unidad de psiquiatría del Hospital Psiquiátrico de Conxo. Las personas que están allí viven situaciones muy diferentes: régimenes cerrados, permisos de salidas al exterior del hospital, salidas al recinto del propio hospital… Esto lleva a que se formen grupitos y también a que intenten “hacer negocio” con los que salen al exterior. En alguna ocasión se intentaron colar sustancias prohibidas. La comunicación entre los enfermos y los trabajadores es interesada porque los pacientes necesitan al personal para que les den tabaco, dinero, café… ya que tienen el acceso restringido.

No tienen mucha empatía con el resto cuando algún compañero tiene un problema o sufre por algo, en ese sentido miran bastante para ellos mismos. Son gente muy observadora que sabe jugar con una doble cara. Su comunicación con las familias es complicada porque algunos, antes de ir al hospital, ya han tenido muchos problemas con padres o hermanos. En Conxo hay actividades para que puedan estudiar, aprender a expresar sentimientos o charlar y trabajar en grupo.

El ambiente en el hospital es bueno. Toman la medicación, suelen ser conscientes de sus problemas y necesidades. Las medicinas los dejan muy cansados y apáticos. Eso influye en sus relaciones con el resto.

FLOR DOMÍNGUEZ

 

Las divisiones en una comunidad discriminada

A modo de recopilación, hablaremos en el último post de otras actividades a las que hemos asistido en Itínera: debate, medio ambiente y el club de lectura.

Imaxe

Cada semana, en la página de Facebook de la asociación, adelantan qué se hará en cada actividad (además de, por su condición de red social, subir fotos de las actividades, de las excursiones de los fines de semana…). La primera vez que entramos en la página para ver los temas del debate, nos sorprendimos mucho. Ya sabíamos, de la mano de Andrea en su primer día, que el debate había sido complicado, pero no nos imaginábamos que siempre fuese así. Algunos ejemplos de los temas tratados en las sesiones son:

1. Na terra de Babia

2. O retorno dos sefarditas

3. Fan fatal

4. Proxecto SETI: ¿Resultados inminentes?


1. O final das televisións autonómicas?

2. Autohagiografías

3. Carreira a Marte

4. Roscharch entre a arte e a psicoanálise

Tras nuestro asombro, una de las usuarias nos contó que tan solo fue una vez y no quiso volver porque “los temas son muy difíciles y yo no sé exponer delante de toda esa gente”. Este es uno de los principales problemas que hemos visto. Esta chica nos lo contó durante la actividad de medio ambiente, ya que ella prefiere actividades que “la distraigan”. Cada usuario tiene un problema diferente y no todos necesitan las mismas actividades, pero cuando una de ellas requiere un esfuerzo superior al de muchos usuarios, se están creando grupos diferenciados dentro de la propia comunidad. A debate acuden normalmente 15 personas, mientras que en medio ambiente son más de 25.

Algo así ocurre en el club de lectura. El grupo es muy reducido, de tan solo 7 personas entre usuarios y voluntarios. Cuando fuimos, el libro que estaban leyendo era “La colina de Watership”. Allí se comentó el libro, se relacionó con otros similares y al final, tuvieron que escribir un relato que debía tener por título “La misión sagrada (El profeta)“. Y es que todos los libros que se proponen son bastante antiguos y de narrativa no precisamente sencilla. He aquí otros ejemplos:

-“O extranxeiro”(1942): Existencialismo do absurdo, nihilismo, anarquía… todo xunto nun exercicio literario denso, moi denso…

-”Contos de humor e horror” (1911): un delicioso libro de relatos que destaca polo humor negro e a súa flema británica da época victoriana.

-Faremos a nosa primeira aproximación a o mundo do manga, coa súa obra clásica “Lobo solitario e o seu cachorro” (1970) do autor xaponés Kazuo Koike. Unha representación fidedigna do espírito do Xapón feudal encarnado nos seus dos protagonistas.

Lo peor es que con esto se logra que los propios voluntarios participen más que los usuarios, o acaparen más la atención, porque son ellos los que preparan las clases y, por lo tanto, los que mejor conocen los temas.

Actividades como medio ambiente, iniciación al cine o fútbol acogen a cualquier miembro de la asociación, así como el taller de habilidades sociales, pero hay otras a las que, por la forma en la que están planteadas, es imposible acceder. Un problema que tiene una asociación que pretende integrar a un colectivo tradicionalmente apartado. Discriminación dentro de una comunidad discriminada por la sociedad. Toda una paradoja.

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Itínera como comunidade

Itínera é unha comunidade, unha familia. O seu eixo de comunicación radica nun común: o seren persoas que padecen enfermidades mentais. Onde máis puidemos apreciar ese vínculo, esa comunidade, é no taller de habilidades sociais. Nesta actividade, que a levan exclusivamente as mozas voluntarias da asociación, o fin é a socialización entre usuarios e voluntarios. Búscase participar, comunicar, axudar, integrar. Búscase fomentar o proceso básico relacional. Aínda que existen dous horarios, un de mañá e outro de tarde, os exercicios que se realizan no taller son os mesmos, iso si, cambian cada luns.

Sala onde teñen lugar as actividades do taller de habilidades sociais.

Sala onde teñen lugar as actividades do taller de habilidades sociais.

O primeiro exercicio, que sempre é o mesmo, consiste en bailar e exercitar os músculos facendo unha serie de estiramentos ao son da música. Pero, para demostrar que cada un ten un gusto musical diferente e que debe ser respectado e aceptado, cada usuario propón cada luns unha canción que marcará o ritmo do quentamento.  Destacar que non todos se animan a pórse de pé e estirar ou bailar. Moitos alegan que simplemente van seguir a letra da canción, que veñen cansados do hospital de Conxo ou que lles doe algunha extremidade. Isto pasa máis frecuentemente na sesión da tarde, tal e como o comprobamos e tal e como nolo afirmou Fátima, unha das voluntarias encargadas do taller de habilidades sociais. A duración desta tarefa depende da canción, pero non acostuma superar os 4-5 minutos.

Unha vez entrados en calor e un tanto relaxados, dáse paso a seguinte actividade: un xogo. Este varía cada semana, pero a fin é sempre descubrir algo, en resumidas contas, facer pensar. Un dos xogos nos que estivemos presentes foi o de mímica: os usuarios e voluntarios tentaban adiviñar o que outro dos seus compañeiros tentaba representar facendo xestos e formas cas mans. Quen acertara, saía a representar outro obxecto ou acción. Ao principio a meirande parte deles non se atrevían a responder por vergoña, ou simplemente por negativa propia. Sen embargo, a medida que o xogo ía avanzado, entre risas e bromas, os máis reticentes comezaban a animarse a participar. De feito, ninguén quedou sen saír. Así, as voluntarias lograban establecer unha comunicación entre elas e os propios usuarios acadando un marco de certa confianza.

Tras esta actividade, que pode durar en torno a 10-25 minutos, chega a parte máis complicada: a de reflexión sobre aspectos persoais. Coma a anterior, esta actividade tamén varía segundo o día, pero o obxectivo e axudar aos usuarios a controlar os seus impulsos e educación, máis a resolver os seus problemas por eles mesmos e sen recorrer á agresividade ou ao mal xenio. Por exemplo, a última actividade desta temática que fixeron consistía en falar por parellas, con calquera persoa da sala, sobre un problema que a persoa non sabía como solucionar. A súa parella debía propor unha solución ou, cando menos, aconsellar algo. E viceversa. Deste xeito creábase un vínculo comunicativo entre as dúas persoas, establecíase así unha lixeira relación de confianza entre ambas. A fin era demostrar como calquera problema pode ter solución e, as veces, a opinión doutra persoa pode ser de axuda. Sempre, esta segunda actividade, pretende ensinar unha lección moral.

Aínda que acudimos a todas as actividades posibles, finalmente decantámonos por este taller ao decatarnos de que é a actividade na que máis presente se ten a comunidade e a comunicación.

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¿Debo dicir que teño algunha enfermidade mental cando vou ligar?

Despois dos comentarios que estades facendo veume á cabeza Neil Hilborn, un poeta con trastorno obsesivo compulsivo. Mellor escoitalo a el.

Nun dos debates da asociación xurdiu o tema do ligar. ¿É unha complicación ir a un bar ou a unha discoteca un sábado pola noite e flirtear con alguén se se ten unha enfermidade mental? Moitos dos usuarios que participaron naquel día contestaron: “Todo vai ben ata que lle conto que padezo isto ou o outro. Nese momento foxen de min”. Isto é o que adoita acontecer. No momento no que a outra persoa descobre a enfermidade mental da primeira, independentemente do demais, reacciona con rexeitamento. Polo tanto, ¿debe un enfermo mental confesa-la súa enfermidade á hora de ligar nunha discoteca?

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A maioría dos usuarios manifestaron que non. “Non vou casar con ela, non o ten que saber”. Pero algún outro usuario considerou que é de xustiza facerlle saber á outra persoa con quen está a tratar, de igual xeito que sería de xustiza facerlle saber que ten unha enfermidade como a sida. Daquela, ¿unha enfermidade mental aseméllase máis a un rasgo de personalidade (irrelevante no contexto dunha discoteca) ou a unha enfermidade como a sida?

Este rexeitamento produce inseguridade nas persoas con enfermidades mentais e que recorran a outros sistemas de contacto máis superficiais, como a internet. Aquí unha persoa pode ser quen queira ser, e o contacto é máis doado evitando o cara a cara. Ademais, como podedes ver na ligazón anterior, internet proporciona portais de contactos especializados: para guapos , para feos, para fumadores de herba, xente con semellanza física, mulleres en prisión e tamén persoas con enfermidades mentais. Eu pensara que o conto de que cada ovella coa súa parella quedara atrás.

Volvendo ao tema, ¿está inxustificado o rexeitamento cara ás persoas con algún problema mental neste contexto? Honestamente, creo que si está inxustificado e que xulgamos a unha persoa antes sequera de concederlle unha oportunidade.  Isto chámase prexuízo, pero desgraciadamente temo reaccionar igual que a maioría se me vise na situación.

MOSQUERA MONTOYA, ANTONIO 142.E01

¿Cómo se comunican y relacionan los usuarios de Itínera?

Ahora que ya conocemos con relativa profundidad el funcionamiento y las actividades de la asociación Itínera, toca centrarse en la comunicación entre sus usuarios. Como ya dijimos en algún comentario, ellos se relacionan como en cualquier grupo más, como nosotros en clase, como unos compañeros de trabajo. Tienen más afinidades con unos que con otros. Algunos usuarios están internos en el hospital psiquiátrico de Conxo, por lo que tienen las salidas al exterior reguladas. Otros ya han salido de allí e intentan recuperar su día a día con su familia y amigos. También están los que ocupan un piso tutelado con otros usuarios y que viven al más puro estilo estudiante: reparto de las tareas de limpieza, de la compra semanal… Debido a estas situaciones, la gente que comparte esas experiencias tiende a unirse más mediante lazos de amistad. De esta forma, no resulta extraño que se produzca más conversación entre las personas del piso tutelado o entre las del hospital, ya que están más acostumbradas a esas caras. Unos se ayudan a otros en las actividades en grupo y ya conocen la personalidad de cada cual. A continuación podemos ver un vídeo de Fátima, la voluntaria que lleva uno de los grupos del taller de habilidades sociales y que nos ha hablado de la comunicación interpersonal entre usuarios:

Teniendo clara las relaciones que se crean, también es interesante ver cómo valoran la labor de la asociación. Muchos usuarios están de acuerdo en que lo que más les beneficia es la compañía y el hecho de que entre las paredes de Itínera nadie los juzgue. “A veces, fuera de aquí, la gente te mira como a un enfermo”, “me tienen llamado incluso pederasta”, “no me gusta cuando la gente me mira fijamente con cara extraña y eso me lo hacen mucho”, “parece que analizan cada uno de tus gestos”, son algunos testimonios de los usuarios. Se preocupan por su evolución y preguntan a otros usuarios, más que a los voluntarios, cómo los han visto ese día exponiendo en debate, por ejemplo: “¿Voy exponiendo mejor? Siempre me pongo algo nervioso”. No dudan en criticar lo que no les gusta. El día que asistimos a la actividad relacionada con el medioambiente nos hablaron del cansancio de estar tantas horas trabajando y, en el taller de habilidades sociales, una mujer criticó la dificultad de los temas de debate. Vemos así una comunidad tan real como cualquiera, con su forma de comunicarse y su organización interna. Predomina el buen trato entre los miembros, lo que no quita que no surja algún enfado como el que hubo que solucionar entre dos usuarios el pasado lunes en el taller de habilidades sociales.

Titorizado 4a 142.EOO

Menores y matrimonio, una misma realidad

Hace dos semanas os hablaba de la prueba de fármacos en menores con problemas de salud mental. Hoy, siguiendo la tónica de los niños, trataré el tema de la ética matrimonial.

foto post

Prácticamente todos los días vemos en la prensa noticias sobre matrimonios, especialmente en países árabes, de menores con hombres que suelen superar los 40 años. Matrimonios pactados y con intereses de por medio. Muchas familias casan a sus hijas pequeñas con varones que triplican o cuadriplican sus edades con el fin de garantizarle comida y dinero. A veces, se trata más de la venta de la hija, en el sentido de que la familia es demasiado pobre y a cambio de la menor el hombre interesado  les proporcionará tierras, dinero, animales, cultivos u otro tipo de bienes. En otras ocasiones, la venta se debe simplemente a la concepción cultural de que la única utilidad de las niñas es procrear, puesto que no se les permite trabajar en muchos lugares. Independientemente del motivo, la menor pasará a ser “posesión” del hombre a fin de obtener este satisfacción sexual y poder procrear.

Ahora, supongamos la misma situación pero con un ligero cambio: el hombre padece una enfermedad mental. La menor tendrá que vivir con este, sufriendo sus -de ser el caso- alucinaciones, ataques y/u otras secuelas que su enfermedad le produce. Sin embargo, la familia, por los mismos motivos mencionados anteriormente, acepta.

Aunque el estado de la salud sea un factor relevante, me opongo firmemente a ambos intentos de matrimonio. Sea cual sea o esté como esté el estado mental y/o físico del hombre, la menor tendrá de igual modo una vida condicionada por la decisión de su familia. Vivirá sometida a los interese de su, casi en ocasiones, “dueño” y no tendrá libertades individuales. Que la persona que pide su mano tenga problemas de salud mental no hace que un matrimonio sea más cuestionable que otro. Ambos, desde mi parecer, deben ser prohibidos y erradicados de la sociedad. Es, la menor, quien cuando alcance los debidos años, deberá escoger con quién o con quién no quiere casarse. Ella y solo ella debe encaminar su vida y no ser, su familia por atender a intereses o por elegir el camino más fácil para salir de la miseria, quien determine el resto de sus días. La menor, también tiene derechos.

Ahora, mi pregunta, ¿cuál de los dos matrimonios consideráis vosotros más ético?

Pérez Seijo 142. E04

¿Que é o que importa realmente? (Local Hero)

Cando Mac abandona o seu gran Houston por unha pequena vila pesqueira escocesa descobre que aquilo non era como imaxinaba.

A súa “misión” –como el mesmo afirma ao cura africano da vila- é negociar polas terras dos veciños para poder instalar alí unha base petroleira. A maioría dos veciños entran en xúbilo ao coñecer que se van facer ricos, pero non todos. A praia, característica da beleza do lugar, perténcelle a un vello que vive nunha chabola. Este ermitán, a diferenza dos demais veciños da vila, négase a vende-lo que para el é o seu ben máis prezado.

Mac, acostumado a negociar por teléfono dende a súa oficina, débese adaptar ás novas regras do xogo. Despois de ofrecerlle todo o diñeiro do mundo sen éxito, decide despregarlle ao vello un catálogo das praias máis fermosas do mundo, tamén sen éxito. En plena negociación, o vello colle un puñado de area e pregúntalle: “¿Daríame unha libra por cada gran de area?”, Mac responde: “Non me gustan os xogos. Tratemos isto coma un negocio”. Así é este personaxe, capaz de arrisca-lo seu fogar por un xogo e non por unha suma elevada de cartos.

Este personaxe encarna a unha persoa peculiar. Vive na soidade dunha chabola na praia pero é respectado e incluso querido polo pobo. Lémbrame á historia de Manfred Gnädinger, o alemán de Camelle. Este home desentendeuse da vida acomodada que levaba na Alemaña e foi parar a esta localidade da Costa da Morte onde comezou a vivir na praia. O seu amor pola vida e pola natureza expresábao a través da arte, da escultura. 

Man, o alemán de Camelle

Man, o alemán de Camelle

Chámame moito a atención esta historia. De como pode cambiar un home coa vida. Agora que estamos a analiza-los mapas de comunidade e comunicación paréceme un bo caso a ter en conta. Forma comunidade en si mesmo e a arte é a súa maneira de expresión cara ao exterior, aínda que en esencia o realice para si mesmo.

Voltando á película, chamoume tamén a atención a figura do personaxe principal, un tipo xenial, o señor MacIntyre. A priori semella un home con sorte. Un bo traballo, un bo soldo, un bo coche… Hai unha escena característica. Mac, con algunhas copas enriba, ofrécelle a Gordon, o contable e dono do bar, cambia-las súas vidas. Todo pola vida humilde do outro, esposa incluída. Isto fainos reflexionar sobre que queremos.

mubi.com

Á hora de traballar con todas estas asociación, e aínda que esteamos de observadores como require a materia, case sen querelo vemos un mundo máis amplo onde a diversidade reina. Paramos a cavilar sobre a xenerosidade que ás veces ten o ser humano e que as inquedanzas persoais e os valores forman o compromiso que vemos reflectido en moitas destas organizacións.

Non quero rematar sen menciona-lo Going Home de Mark Knopfler. Indispensable.

MOSQUERA MONTOYA, ANTONIO 142.E01

Epílogo – Z.Bauman

Las corrientes de pensamiento en torno al individualismo y colectivismo han variado a lo largo de la historia, siempre condicionadas por la situación socio-política del momento. Bauman enfrenta la idea de seguridad asociada a habitar dentro de una comunidad con la inseguridad del individuo al desvincularse de la misma. Actualmente, creo que se impone la primera.

Los individuos formamos parte de una misma comunidad (vecindario), que a su vez, se divide en comunidades más pequeñas (familia y amigos). Nosotros mismos, como seres humanos, somos fruto de una comunidad “natural”, de una familia. Pero necesitamos también relaciones “artificiales”, como las relaciones de amistad.

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En la relación natural, en ese vínculo familiar, existen miembros que quieren ser libres e independientes. Los individuos nos cansamos de la convivencia familiar y queremos abandonar el nido. Queremos independencia, liberarse de esa protección por un momento. La independencia es insegura, pero sirve para acabar buscando y formando nuestra propia comunidad, ya sea un grupo de amigos o nuestra propia familia. Y si esa nueva comunidad no sale adelante, siempre tenemos la confianza de volver a ser recibidos en la antigua, en la natural, en la familia.

La comunidad da seguridad, en tanto a solidaridad y cooperación. No obstante, cuando una persona con espíritu libre sale a la aventura, se arriesga y escapa de la comunidad, crea interés y ambición en los otros individuos. Solemos esperar a que alguien dé un primer paso, que alguien experimente, y a partir de una experiencia positiva, queremos repetir la aventura, tal y como ocurre en las corrientes migratorias. Yo diría que es una cadena, el individualismo de un solo ser humano que piensa en su propio bien, lleva al individualismo/egoísmo de otro. Pero eso desemboca siempre en lo mismo, en la búsqueda de crear un nuevo grupo, porque no podemos -ni queremos- estar solos.

Otra reflexión que saco del texto es que, a pesar de formar parte de una comunidad por nuestra propia seguridad, toda persona mira en algún momento por sus intereses. Ningún ser humano es igual al otro, de hecho, nosotros mismos buscamos características que nos distingan de los demás (y que nos hagan mejores). Ahí aparece el individualismo. El problema es que, para poder saber qué nos hace diferentes o qué tenemos en común unos con otros, es obligatorio relacionarse. De este modo, uno no podría ser un líder si no se compara y sobresale sobre los demás. Pero para que exista ese líder, debe existir una masa homogénea que lo elija, que lo valore y que se resigne a tener menos aptitudes. Y ahí entran en juego conflictos individuales y ambiciones personales que enfrentan a unos individuos con otros, no a comunidades enteras. Y es también decisión del individuo el llegar a un acuerdo o el desvincularse de su grupo para siempre. Y, en esa elección, la persona se expone a la inseguridad completamente.

 Pérez Álvarez, Lucía 142.E03

Ejemplos y no ejemplos de superación

En mi anterior post hablaba sobre la denuncia de la Federación de enfermos mentales por el trato “denigrante” que estos reciben en la serie La que se avecina. No obstante, existen en la ficción televisiva ejemplos de cómo tratar bien al colectivo.

Expertos en psiquiatría alaban algunos papeles en los que se interpreta a gente con problemas de salud mental, ya que se pueden convertir en modelos positivos de comportamiento. Ejemplo de ello son Carrie Mathison (Homeland) -que padece trastorno bipolar- o Sheldon Cooper (The Big Bang Theory) -síndrome de Asperger-. Los protagonistas se ganan el aprecio del público, ayudan a desestigmatizar el hecho de padecer una enfermedad mental y generan una mayor comprensión y simpatía hacia las personas afectadas.

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A pesar de que Sheldon odie el contacto social, no sea empático y no entienda la comunicación no verbal, consigue ser aceptado y formar parte de una comunidad. En The Big Bang Theory se ridiculiza su comportamiento, pero vemos cómo consigue superar sus patologías gracias a la interacción con los demás personajes y el aprendizaje de tácticas de integración social. Por su parte, la protagonista de Homeland, Carrie, sufre un trastorno bipolar que la aleja de su trabajo en la CIA, pero su personaje es presentado como una heroína capaz de desenvolverse incluso mejor que sus compañeros. Según el doctor Victor Pozios, «alguien con trastorno bipolar puede identificarse con el personaje y decir “si ellos pueden superarlo, nosotros también”».

En la asociación Itínera se visionan películas en las que hablan de los problemas que muchos de ellos padecen, y les ayuda a verlo como algo que pueden superar. Asimismo, en los debates se tratan temas como el de los “fan fatal” o los ermitaños, de modo que puedan ser críticos con este tipo de comportamientos.

Sin embargo, vuelvo a encontrar en la televisión ejemplos de personajes con problemas en los que quizás nunca habíamos reparado, tales como Homer Simpson, Bob Esponja o Dora la Exploradora. Reflexionando sobre los dicho anteriormente, creo que estos personajes pueden incluso causar el efecto contrario. Su público son los niños, ¿saben ellos distinguir cuando un comportamiento es o no el adecuado? Y lo peor. Al no dejar claro que padecen estos trastornos, ¿están ayudando a los niños que los imitan?

Pérez Álvarez, Lucía 142.E03

La dignidad de los nadies: el debate de la discriminación positiva

Nunca está todo perdido si hay decisión de pelear. Cuando se llama a luchar por algo justo y que es nuestro, se vence lo más temido y hasta el débil tiene un gesto, La dignidad de los nadies

Los nadies: argentinos sin recursos, sin nombres, sufridores. Se suceden los cambios políticos y las promesas pero siguen existiendo personas olvidadas. La pelea es la misma, si cae uno, caen todos. Los argentinos reclaman sus derechos a un gobierno recientemente presidido por Eduardo Duhalte, que tiene que hacer frente a las deudas del país así como a las injusticias sociales.

Como los colectivos discriminados por sus enfermedades o por otras circunstancias sociales, en este caso, los argentinos que protagonizan “La dignidad de los nadies” son discriminados por no pertenecer a esa masa en la que se concentra la riqueza. No quieren que nadie les regale nada: “la esperanza del pobre. A eso de cobrar sin hacer nada no le veo gracia, yo quiero trabajar, no quiero las cosas en bandeja”, dice una de las mujeres olvidadas. Igual que los enfermos mentales, no quieren que los traten de manera especial sino que los ayuden a poder relacionarse entre ellos y con el resto.

Es difícil ponerse en el lugar del otro, se habla en el vídeo de la incomprensión de quien no padece esos trances. Ese pensamiento se puede trasladar a todas las facetas de nuestra sociedad. La empatía brilla por su ausencia muchas veces. Pero, desgraciadamente, hay muchos “nadies”, muchos que pueden vencer unidos.

La visión de este documental me ha planteado un debate interno y que quiero compartir con vosotros. ¿Cómo tratar al que sufre? Aquí es donde surge el tema de discriminación positiva que consiste en ofrecer un trato de favor hacia algo para eliminar sus altas probabilidades de discriminación negativa. Se utiliza mucho el término cuando se habla de la lengua, en el caso de la discriminación positiva hacia el gallego. En el caso que nos ocupa, el de los sufridores, ¿qué pensais de la discriminación positiva? Abro el debate.

OCA DOMÍNGUEZ, ANDREA 142.E02

“Radio Favela, al servicio de la gente cuando la cosa se pone fea”

La RAE da dos sinónimos del término “favela”: chabola y barraca. Las favelas son los suburbios urbanos de las grandes ciudades brasileñas, son comunas en las que vive gente pobre y sin recursos, al margen de la sociedad organizada. En esta película se muestra el día a día en una favela, la lucha por defender sus derechos y necesidades a través de la creación de una radio clandestina.

La función de esta “radio pirata” es concienciar a su círculo comunitario de la situación de rechazo en la que viven. Los habitantes de las favelas sufren discriminación por dos vías, tanto por el hecho de ser pobres como por ser de raza negra. La radio es el medio que le da voz a esa gente sin recursos. A través de las ondas radiofónicas se realiza una práctica de comunicación comunitaria y, a la vez, de resistencia social, de autogestión por parte de los habitantes olvidados por las autoridades. La película muestra las experiencias de esa organización comunitaria. Es una lucha contra la marginación y el narcotráfico -la vía más rápida para sobrevivir, pero que tiene consecuencias catastróficas que sólo llevan a una muerte segura-. Es también una forma de educar a los vecinos, de fomentar la lucha contra las drogas y la violencia en la favela. Además, promueve y difunde las expresiones culturales de esa comunidad para que se valore en el resto del poblado.

Por otro lado, aparece el sector represor, cuando la policía desmantela el estudio clandestino y mete en el calabozo al protagonista. Radio Favela es la alternativa a los grandes medios de comunicación controlados por esos sectores de poder, esos que manipulan la realidad mostrando solamente su cara más amable. Una radio comunitaria no tiene ánimo de lucro, no es un negocio, no es una cadena comercial, simplemente denuncia las injusticias y da voz a su comunidad. Pero se consideran ilegales. ¿Acaso no existe la libertad de expresión? ¿Por qué esa necesidad de que los gobiernos otorguen licencias para crear un medio de comunicación?

 Históricamente, se han creado otras radios clandestinas que pretendían denunciar la situación y mantener a la gente informada. Radio España Independiente, conocida como La Pirenaica, fue la emisora pirata del Partido Comunista como un método de lucha contra el franquismo. La situación política era otra, era una dictadura, pero también estaban prohibidos estos “medios de comunicación”. Si ahora vivimos en democracia -en este caso, Brasil- ¿por qué no puede haber una libre oferta de emisoras?

Pérez Álvarez Lucía 142.E03

El sentido común de Geertz

¿Y si os dijera que resguardase de la lluvia no es de sentido común? Probablemente, no me creeríais. Sin embargo, lo que para nosotros “cae de cajón” –como lo es abrir un paraguas para no mojarse-, en otros lugares la cosa cambia, y mucho. Así pues, os voy a hablar del sentido común, como también lo hizo en su momento Geertz.

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Aunque quizás para muchos sea algo difícil de asimilar, puesto que parece algo intrínseco en la naturaleza del hombre y que, por consiguiente, no debería cambiar, el sentido común es variable. Con variable me refiero a que no todos compartimos la misma noción de sentido común. Como bien decía Geertz, si a un zande se le rompe una vasija en el proceso de elaboración, atribuirá este suceso a la brujería, lo que para él será de total sentido común. Sin embargo, para nosotros, se tratará tan solo de un error en el proceso, de nuestra torpeza o de no haber tratado adecuadamente el material. La brujería no tiene cabida en nuestro sentido común.

El sentido común como un conjunto relativamente organizado de pensamiento especulativo […] debería conducirnos a ciertas conclusiones útiles.

Por tanto, podemos referirnos al sentido común como una interpretación de la experiencia, de nuestra experiencia. Por eso, cuando –en nuestra cultura- nuestro amigo sale de casa sin un paraguas estando el cielo repleto de nubes negras, nos referimos a este como una persona sin sentido común. Es decir, no aplica su experiencia a la realidad, que sería salir con un paraguas ante la probabilidad de que llueva. Independientemente de lo anterior, cada cultura tiene una concepción diferente de sentido común, aunque he podido darme cuenta de que en algo coinciden: siempre se vincula con el valor y la validez. Es decir, aceptamos determinados hechos y acontecimientos por ser meramente de sentido común para cada uno de nosotros.

 En síntesis, el sentido común no es universal. La noción del mismo varía enormemente atendiendo al lugar, a la época y, a veces, incluso a la persona. Y, como decía Geertz:

El sentido común, para decirlo con otras palabras, representa el mundo como algo familiar, un mundo que cualquiera puede y podría reconocer, y en el que cualquiera puede o podría, mantenerse sobre sus propios pies.

Si lo relaciono con las personas con problemas de salud mental, tal vez lo veamos más claramente. Este tipo de personas tienen una concepción del mundo similar a la nuestra, salvo que su patología hace que algunas tengan una visión un tanto diferente. Sin embargo, esa perspectiva que las diferencia tiene unos rasgos que son de sentido común para ellas. La experiencia que tienen, ya de tiempo atrás, les dice que eso es sí. Al igual que para nosotros nuestra forma de comprender el mundo también lo tiene.

Para seguir reflexionando sobre este tema, os dejo un artículo –que resume y  añade aspectos nuevos con respecto al de Geertz- que me ha resultado realmente interesante sobre este tema:

GUERRI, Marta. “El sentido común, el menos común de los sentidos”. Psicoactiva.com, 23 mayo 2013. http://www.psicoactiva.com/blog/el-sentido-comun-el-menos-comun-de-los-sentidos/ [Consultado: 23 febrero 2014]

 Finalmente, ¿qué entendéis vosotros por sentido común?

Pérez Seijo Sara 142.E04

Un puente para recuperar una vida: “Si nos ayudamos, podemos”

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Tablón de una de las salas de la sede de Itínera | Fotografía: Andrea Oca

Hoy no voy a hablar de las actividades de la asociación Itínera ni de su organización y comunicación internas. Hoy quiero que reflexionéis sobre la situación vital de un individuo que sale de un hospital psiquiátrico. Una usuaria de la asociación me comentó el otro día que muchos de los miembros han pasado antes por un hospital para tratar sus enfermedades mentales y ahora acuden a las diferentes actividades de ayuda para poder recuperar su “yo” del pasado. Ese comentario me hizo cambiar la forma de analizar el trabajo de los voluntarios. Había visto Itínera como un entretenimiento y, de paso, un pilar para gente que quiere integrarse en una sociedad que les pertenece tanto como al resto. No me había dado cuenta de que, para muchos, esas horas compartidas con los que padecen problemas similares sirven para integrarse en una pequeña familia. Es decir, un enfermo que pase una época mala con continuas recaídas o que permanezca un periodo de tiempo en un hospital puede sentirse perdido cuando vuelve al día a día. Muchas enfermedades mentales destrozan familias y relaciones. Si cogemos el ejemplo de la esquizofrenia, uno de los peores trastornos que puede generar la mente humana, nos encontramos con una gran desestabilidad diaria que crea momentos de altibajos ya que la medicación no asegura una total estabilidad ni curación.  Esa usuaria que os comentaba hizo una alegoría con la cárcel: “salir de una de esas fases es como salir de la cárcel. Sí, vuelves a la normalidad pero ¿cuál es ahora tu normalidad? Estás un poco perdido”.

Me pareció muy acertado ese punto de vista. Estamos acostumbrados a pensar que salir de una situación traumática acaba cuando volvemos a ver a una persona yendo a comprar el pan en su panadería de siempre y a la hora de siempre. No nos paramos a visualizar más allá de los hechos para llegar a sus sentimientos reales. La comunicación entre personas que han vivido las mismas experiencias o, al menos, similares ayuda a volver a entablar la dirección recta hacia una vida sin temores.

OCA DOMÍNGUEZ, ANDREA 142.E02

El poder de la elección (Frost/Nixon)

Tras convertirse en el primer presidente norteamericano en abandonar su cargo, debido al escándalo Watergate, Richard Nixon busca desesperadamente mejorar su imagen y justificarse delante del público. La jugada le salió al revés. La película es un ejemplo de la relación entre medios de comunicación y clase política, una relación manipulada y controlada por la segunda.

Por el año 1977, Frost era un showman de la televisión australiana, lo que lo convertía en el entrevistador ideal para los intereses de Nixon, pues este creía que lo ayudaría a ganarse a la audienca y no lo metería en aprietos. Finalmente, el político eligió a su entrevistador y escogió al que creía más indulgente -y al que más dinero le ofrecía-. De este modo, Frost era un cebo, un personaje elegido por el líder para alzar sus triunfos y callar sus fracasos.

La forma velada de manipulación que tienen los sectores de poder, asusta. Ellos ofrecen lo que les interesa y la prensa deja de cumplir sus funciones. Por desgracia, en los últimos meses hemos asistido a ejemplos de entrevistas pactadas o premeditadas que, para mí, no tienen ningún interés informativo:

Jesús Hermida entrevista al Rey Juan Carlos por su 75 aniversario. En un momento de crisis monárquica, la entrevista no contiene ni siquiera lo fundamental en este género periodístico: preguntas de actualidad.

-El presidente Rajoy -que ya no da la cara en una rueda de prensa, sino que da comunicados a través de una pantalla- concede una entrevista a Gloria Lomana, directora de los informativos de Antena 3. También nos desconcertó la excesiva indulgencia en el diálogo con el presidente.

En el caso de Nixon y Frost, el exmandatario acabó reconociendo que se equivocó y que abusó de su poder, y pidió perdón a los ciudadanos americanos. En ningún momento quiso hacerlo, pero se vio obligado a ello. Después de ver la película, me doy cuenta de que actualmente estamos muy lejos de que ocurra algo así en España. Aquí los líderes políticos eligen quién tiene derecho a hacerles las preguntas, no vaya a ser que metan la pata y les fuercen a decir verdades que no quieren.

Pérez Álvarez, Lucía 142.E03

“Epílogo”, Zygmunt Bauman: la inseguridad y el individualismo.

La inseguridad cobija nuestra vida diaria. Al levantarnos, al acostarnos, al abrir la puerta de casa. Como un perro fiel, la inseguridad forma parte de nosotros. No sé si indispensable, como el peor de los vicios, pero el caso es que está ahí, acechándonos. Bauman nos habla de la inseguridad de la sociedad, yo de cómo la inseguridad siempre ha estado y estará. Ayer, una de las inseguridades del mundo era el exceso de delgadez en el cuerpo, “tener un poco de carne” era sinónimo de mujer bella y de buen hogar; hoy, la inseguridad es causada por “tener un poco de carne” y no ser un saco de huesos y piel. Así, los motivos de las inseguridades de la sociedad, como la moda, cambian a un ritmo impredecible.

Pero, el problema, es que vivimos tan inmersos en el egoísmo y en el egocentrismo que no nos damos cuenta de que nuestros problemas, nuestras inseguridades, también son compartidas por otras muchas personas del mundo. El “yo” prevalece, y el “nosotros” se pierde por el afán de pensar en uno mismo. Como bien afirmaba Bauman, se debe tener cuidado con esto, porque no hay mayor enemigo del comunitarismo que el individualismo al que parece tenderse cada vez más. ¿Y qué podemos hacer para evitar el individualismo y, por consiguiente, la inseguridad? Debemos trabajar colectivamente, debemos ayudarnos de la comunidad de la que formamos parte. Porque, al fin y al cabo, somos un uno formado por muchos. Tu inseguridad, también es la del resto.

Los extraños son la amenaza encarnada, por lo que personifican vicariamente esa inseguridad que acosa nuestra vida. De una forma extraña pero perversa, su presencia es reconfortarle, incluso da seguridad.

Así pues, a Bauman no le faltaba razón. ¿Por qué nos sentimos más seguros cuando tenemos al lado a la persona que consideramos una amenaza? En primer lugar, la consideramos amenaza por pensar que es mejor que nosotros, porque no apreciamos sus inseguridades o creemos que no las tiene. Pero, os diré algo, las tiene, claro que las tiene, pero probablemente no sean iguales que las tuyas o sepa lidiar con algunas. Así, al tenerla a nuestro alcance, sabemos dónde reside el peligro y ya no tenemos que sufrir más por lo desconocido del destino. Conocemos una de las causas. Lo que nos ayuda a relajar esa inseguridad. Porque, probablemente, tampoco nunca desaparecerá del todo: aparecerán nuevas amenazas, nuevos problemas y el egoísmo crecerá.

La inseguridad nos afecta a todos, quizás es lo que nos haga una comunidad más fuerte. Quién sabe. Pero lo cierto es que, el individualismo queda erradicado cuando la inseguridad individual yace en problemas compartidos. Y, otra vez, volvemos al comunitarismo.

Aunque pueda parecer que el individualismo y el comunitarismo no es un tema serio, os dejo un post que me ha hecho reflexionar sobre estos dos términos, en este caso llevados a un contexto mayor: los países. Sin duda, os hará replantearos muchas cosas.

ALBUJA PONCE, Roque Javier. “Individualismo vs. Comunitarismo”. Arbolhiguera.blogspot.com.es, 8 febrero 2012. <http://arbolhiguera.blogspot.com.es/2012/02/individualismo-vs-comunitarismo.html> [Consultado: 22 febrero 2014]

Pérez Seijo, Sara   142.E04

¿Tomamos un café?

Coffee and cigarettes: disparatada, extraña e inusual. Pero, para mí gusto, bastante acorde con la realidad que vivimos. Los fumadores podrán corroborar mis palabras y a quienes le guste el café secundar mis ideas.

desdefueradelapecera.blogspot.com

desdefueradelapecera.blogspot.com

Día tras día son miles las personas que se sientan en una mesa cualquiera, de un bar cualquiera, en un momento del día cualquiera. Nos sentamos, solos o acompañados. Pero esta vez, centrémonos en quienes evitan la soledad al menos una vez al día tomando un café y compartiendo un cigarrillo con alguien cualquiera sentado a su lado. Aunque pueda resultar difícil de asimilar la idea, en múltiples ocasiones las conversaciones que giran en torno a la mesa de un bar tratan de lo -por lo común y general ante nuestro tan habitual inconformismo vital- malo que está el café y de lo perjudicial que es seguir fumando. Pero, amigos, seguimos bebiendo ese café, volveremos a repetir ese café y, creedme, seguiremos fumando mientras acompañamos la próxima calada con un “debería dejarlo”. Y así, nuestra comunicación se limita a criticar dos de los vicios por excelencia de la humanidad, a la par que los saboreamos como si no hubiera un mañana. Así, cada día, multiplicado por cientos.

Quizás en ocasiones nuestra conversación abre nuevas vías e introducimos un “¿Qué tal te va todo?” o mismo desconfiamos de que, por el mero hecho de tratar de quedar y ver a la otra persona, algo puede estar sucediendo. La rapidez, las prisas y el afán por tratar de vivirlo todo hace que, en los momentos de pausa, los intentos de comunicación -llamadlo quedar a tomar un café y charlar- se tiñan de extrañeza y desconfianza. Que se lo digan a Isaach...

La sociedad vive con el pedal de freno atascado. No funciona. No nos funciona. No nos detenemos. Vivimos con la prisa en los pies y, cuando alguien trata de arreglar el freno, nuestro mundo se vuelve desconocido. ¿Y qué hacemos? Pues nos tomamos un café y nos fumamos un cigarrillo. Y desconfiamos, claro que desconfiamos. Porque ni el café ni el cigarrillo se pueden beber y fumar con prisas. Entonces, nos sentamos en el bar de la esquina con alguien con el que, conocido o no, hemos quedado. Si surge, pues hablamos,de lo contrario el café y el compartir un cigarrillo harán el resto por los dos. Porque, beber un café o fumar un cigarrillo, pueden decir más cosas sobre nosotros de las que jamás seremos capaces de contar. Nuestro interior, nuestras reflexiones, son desnudadas por el más tímido sorbo y la más apenada calada.

Aunque el 2003 ya nos quede un poco atrás, Jim Jarmusch logró reflejar lo fugaz, efímero, singular y ajeno que es algo tan normal como quedar para tomar un café y fumar un cigarrillo con otra persona. Dos vicios que corrompen un molde, dos vicios a los que en la actualidad se les suma la inhumanidad de los teléfonos móviles.

Para reflexionar, para pensar o mismo para vernos reflejados a nosotros mismos, os dejo dos posts sobre las veces que hemos prometido un café y las veces que nos hemos olvidado de tomarlo:

Minimoka. “¿Quedamos a tomar un café?”. Minimoka.es,  31 diciembre 2012. <http://www.minimoka.es/quedamos-a-tomar-un-cafe/> [Consultado: 20 febrero 2014]

Concepción. “Quedamos para tomar un café”. Maravillosaedad.wordpress.com, 23 enero 2014. <http://maravillosaedad.wordpress.com/2014/01/23/quedamos-para-tomar-un-cafe/> [Consultado: 20 febrero 2014]

Y tú, ¿también has compartido un café y un cigarrillo con alguien?

Pérez Seijo, Sara 142. E04

Coñecendo Itínera: pros e contras

Arredores do antigo cemiterio de Conxo

Arredores do antigo cemiterio de Conxo

Estamos no momento idóneo (o primeiro post grupal) para cavilar no que levamos feito ata o de agora, ver que valoramos e que mellorariamos da asociación.

Como ben sabedes (ou aínda non sabedes), a asociación Itínera nace dunha experiencia de voluntariado no hospital psiquiátrico de Conxo. Coa fin de facilita-la vida destas persoas e integralas na vida en sociedade, a asociación organiza unha serie de actividades en grupo que axudan á expresión e á comunicación. Os usuarios acoden a estas actividades algúns por propia vontade e con ganas de participar e outros, obrigados e sen demasiado interese. Entre estas actividades que xa observamos atópanse as seguintes:

  1. Debate. Consiste nunha conversa sobre diversos temas de actualidade previamente seleccionados. O positivo desta actividade é que enriquece moito á persoa á hora de busca-los seus propios argumentos para defender. O negativo, que a conversa adoita recaer naquelas persoas máis activas. Unha parte considerable do colectivo non participa.
  2.  Cine. Visionado dunha película e posterior tertulia. Como consecuencia do tempo da película a tertulia é moi breve e da que apenas participan os usuarios.
  3. Medio ambiente. Esta actividade realízase no antigo cemiterio de Conxo. O traballo en grupo ten como obxectivo arranxa-lo lugar que durante moitos anos estivo abandonado. Esta actividade non incita tanto á comunicación como á coordinación e ao traballo en equipo.
  4. Fútbol. Realízase no campo de fútbol de Conxo (o de terra). Incentiva-la actividade psicomotriz é moi positivo para os usuarios, así como o traballo en equipo. Porén, ás veces o exceso de competitividade dos voluntarios durante os partidos impide aos usuarios ser partícipes do xogo (non lla pasan), o que fai mingua-la interacción.

Como vemos, estas actividades poden ser moi enriquecedoras para o usuario á hora de integralo nun colectivo formado por outros usuarios e voluntarios, pero apreciamos unha sobreparticipación daquelas persoas con máis capacidades ou máis extrovertidas que no canto de dinamizar acaban por monopoliza-las actividades.

Proximamente queremos coñece-los talleres de habilidades sociais, nos que os voluntarios necesitan unha certa cualifición, nos que a comunicación e a interacción entre as persoas ten un peso fundamental.

Titorizado 4a 142.EOO