Category Archives: Lecturas e filmes
Debate “Ace in the Hole”, de Billy Wilder
Debate de la película “Ace in the Hole”, de Billy Wilder ACE IN THE HOLE
Debate Salvador Moreno: Los imaginarios sociales en la comunicación interpersonal
Debate Salvador Moreno: Los imaginarios sociales en la comunicación interpersonal SALVADOR_MORENO
Debate ‘Caro Diario’ (Nanni Moretti)
Debate de la película “Caro Diario” de Nanni Moretti CARO_DIARIO_DEBATE
Reinventar lo conocido
Lo tradicional frente a lo nuevo. Ese eterno dilema. El periodismo de siempre ha entrado en una especie de depresión de la que no sabe cómo salir. El propio oficio desconoce el rumbo que tomar y los más cómodos esperan sentados en sus puestos de siempre con la esperanza de ,al jubilarse, escribir un libro. Es el periodismo de antes. Y frente a este, el periodismo de la revolución. El encarnado por Wikileaks y que cuestiona la concepción tradicional de la profesión. Las tecnologías son las nuevas armas de este periodismo y las redes sociales la vía por la que conocer el feedback de nuestro público.

David Carr, periodista de The New York Times y protagonista del documental “Page one: Inside The New York Times”. Fuente: https://www.minnpost.com/
Además, a través del documental podemos ver clara una cosa, y esta es la necesidad de competencia. Los medios más hegemónicos pensaban hasta el momento que nada los haría mover del sitio que ocupaban dentro de la propia industria y la sociedad, sin embargo, es la competencia de nuevas formas de crear información la que hace surgir la inestabilidad. La gente empieza a pensar: ¿Y si el New York Times cerrara…? Y sólo entonces nace el interés por cambiar. Saben que o evolucionan, o mueren. Acogen entre sus páginas la información proporcionada por Wikileaks, algo que hace crecer su ego de nuevo. La arrogancia continua, siguen creyendo que son imprescindibles para servir de fuente de información a otros medios, pero, ¿en realidad lo son? ¿Tienen los nuevos medios la capacidad suficiente para adquirir por sí mismos fuentes? En mi opinión, sí. Bien es cierto, que en un futuro cercano todavía sigo viendo a los medios tradicionales como un ente que marca la agenda mediática. Información dentro de un sistema marcado por intereses y por la publicación de noticias cada día más homogéneas. Pero, ¿y si la confianza en este tipo de medios se viniera abajo? Por ahora parece que los medios tradicionales se llevan con ellos la credibilidad, que para que algo sea fiable tiene que provenir de estos medios. Es necesario buscar nuevas formas de crear información al margen de los intereses que condicionan la mayor parte de la industria. Un periodismo que haga dudar a los medios hegemónicos de su estabilidad y que acabe con esa arrogancia que muchos todavía pasean. Creo que como periodistas estamos capacitados para conseguir fuentes fiables sin recurrir a los grandes medios de comunicación. Y, para ello, harán falta puñados de ideas nuevas que, entre otras cosas, se encarguen de nuevas formas de financiación que no comprometan la independencia del medio. El periodismo, el bueno, ha de molestar a alguien.
RODEIRO MEIJIDE, M. NIEVES 152.A03
El formato viene después
People are crazy and times are strange
I’m locked in tight, I’m out of range
I used to care, but things have changed
Bob Dylan, “Things have changed”
“Things have changed”, dijo Dylan. Están cambiando, diría –seguro– si contemplara a día de hoy el panorama de la prensa escrita en el escenario internacional.
En el documental visualizado ayer en el aula, Page One, se hace plasma la controversia que lleva siendo objeto de debate en el ámbito periodístico en particular y en la sociedad en general, desde no hace poco tiempo. Tras un año en una de las cabeceras de referencia de la prensa internacional, The New York Times, las conclusiones a las que podemos aspirar no dejan de ser, en cierto modo, algo difusas todavía.
Sin embargo, a mi entender, la discusión mediática de la que nos hacemos eco no constituye sino una –muy bien elaborada– cortina de humo, ya que, a todos los aspectos, lo fundamental siempre será el periodismo; el formato viene después.
Nos enfrentamos, como periodistas y como sociedad, a una situación en la que el papel de los profesionales de la información está extremadamente subestimado; tal es así, que tienen mayor cabida en los propios medios las discusiones sobre el papel que sobre la información.
Las cosas han cambiado, y lo siguen haciendo, no cabe duda, pero no debemos olvidar que el periodista ejerce cada día una profesión en sí misma, volcada a la ciudadanía, y no es un mero empleado más de una gran empresa de comunicación, cuyos intereses económicos priman sobre cualquier cosa.
Así pues, la esencia del periodismo siempre será la información y la comunicación; y, como ya he dicho, el formato viene después. Día a día, surgen nuevos medios en la red, otros muchos desaparecen y gran cantidad de cabeceras continúan imprimiendo y distribuyendo sus ejemplares por todo el mundo. La selección natural del periodismo se basa en la calidad y no en el soporte.
Sin embargo, sí considero necesario hacer una especificación. Internet es de todos, todos somos libres de expresarnos y manifestarnos a través de la red; qué maravilla. Pero, por desgracia, este privilegio extremo lleva a muchos a utilizar la web como altavoz propio y autoproclamarse profesionales de la información. Hoy en día, dicen muchos, todos pueden ser periodistas. Lo que muchos no saben es que el trabajo de un verdadero profesional de la información va mucho más allá de redactar periódicamente una columna en el periódico o subir un post al blog de su edición digital, eso –sin duda– todos pueden hacerlo.
El trabajo de un periodista, de uno bueno al menos, se basa en la capacidad de hacer llegar a la población la verdad sobre aquello que merece ser escuchado, para que todos aquellos que reciban esa información alrededor del mundo sean capaces de comprender el entorno que los rodea.
SÁNCHEZ ÁLVAREZ PAULA 152.H04
A crise dos medios de comunicación tradicionais
“Page One: un año en The New York Times” móstranos como a prensa en papel se tivo que adaptar as novas formas de comunicación. O papel ten que competir coas webs 2.0, principalmente as redes sociais.
A rede permite que se filtre a información e se produza de forma barata, con un simple tweet ou blog calquera se pode crer xornalista, mais este filme ensínanos que ser comunicador é algo máis alá, mediante a redacción do The New York Times.
Neste xornal levan a cabo dúas reunións ao longo da mañá. Na primeira presentan as noticias e expoñen os pros e en contras das mesmas. Se falla a comunicación entre eles pérdese a información.
Times era unha institución imperial que se tivo que moldear a nova era informática e descubriron a ventaxa de poder coñecer de primeira man o que opina a voz colectiva, os seus lectores. Os medios tradicionais que souberon aclimatarse, non só sobreviviron, senón que obtiveron vantaxes, como a anterior. Que a sociedade teña a capacidade de poder grabar, informar mediante a rede ou crear un blog non significa que poden substituír ao xornalismo.
Vivimos co medo de que unha nova tecnoloxía acabe co anterior. Por exemplo, cando naceu a televisión pensábase ia acabar co cine e o mesmo pasou coa computadora ou internet. O número de lectores dixitais cada vez é maior, mais iso non sifinifica o fin do soporte tradicional. Hai que moverse nos diferentes campos para ofrecerlle a audiencia distintas posibilidades, mostrando o valor engadido da información e demostrando que estamos ao seu servizo, que non servimos nin ao Goberno nin a publicidade.
A información de verdade require tempo, diñeiro e intercomunicación para levar a cabo un traballo común e para todos. Os medios poden entrar en crise, pero o xornalismo non.
SALGADO BARBOSA, NOELIA 152.E04 Read the rest of this entry
Página Uno, Un Año dentro del new York Times
El periodismo tal y como se conocía está desapareciendo. El documental sobre el periódico estadounidense de mayor relevancia en el mundo, The New York Times, muestra prácticas habituales de información hoy en día que dista mucho de leer el periódico. Partiendo de un año en el conocido medio neoyorquino se da a conocer el auje de Wikileaks, una organización mediática internacional sin ánimo de lucro que se centra en la difusión de contenidos en materia de asuntos exteriores de Estados Unidos. Informaciones que antes desvelaría el New York Times ahora son difundidas en Internet gracias a esta fuente lo que significa que los medios tradicionales se ven obligados a ofrecer algo más.
Antiguamente trabajar en The New York Times llevaba ligado implícitamente respecto; lo que se llamó “el efecto New York Times”, nadie negaba lo que publicaba este medio. Pero, como ya hemos dicho, el viejo periodismo está muriendo y, en la era digital en la que nos encontramos, quizás ya es demasiado tarde para que estos medios cambien. Lo primero que adoptaron fue su versión digital con la creación de las webs. Webs que ahora tienen parte de sus contenidos de pago para poder seguir activas y poder lucrarse. La pregunta es: ¿ paga la gente por contenidos a los que pueden llegar de manera gratuita por otros medios?
Muchas webs ofrecen contenidos ampliados y mejorados de lo publicado en el Times, entonces, ¿estamos ante los últimos años de vida de esta publicación?
Estas y otras muchas preguntas abiertas son ofrecidas por algunos de los trabajadores que cuentan sus experiencias en el documental después de unos años en los que el medio sembró la polémica al descubrirse la publicación de información falsa y de plagios. Ambos trabajadores y el entonces director del New York Times fueron despedidos intentando así que su imagen no se viese tan perjudicada. ¿ Hablamos de una práctica de abuso dentro del periodismo? Desde luego. Periodistas que llegan por su valía a un puesto de renombre como es trabajar en el Times y que, una vez ahí, se dejan seducir por los intereses de grupos dominantes o por la avaricia de ser el mejor a costa de cualquiera. Periodistas que acaban desde dentro con el periodismo.
Rodríguez Rey Noelia 152.H03
Sairemos desta, como sexa
Page One xorde no ano en que a miña concepción de xornalista quizais virou cara a Rede. Despois de dous anos tendo máis que claro que os medios convencionais non tiñan moito futuro, e cada vez menos integridade, de súpeto aparece Twitter na nosa vida. Manuel Gago (aka Magago) fíxonos abrir a nosa primeira conta nesa lista interminable aforismos nunha era na que as Blackberry apostaban por teclados monstruosos (requiescat in pace). Polas mesmas datas WikiLeaks comezaba a dar guerra: Julian Assange vendeu tan ben a súa revolución que moitos incluso compramos a primeira edición de El País coas primeiras filtracións. Chegou o 15M á praza do Obradoiro: onde os políticos só vían hippies, drogatas e piollentos pasados de rosca, os que estabamos metidos na movida sabiamos que estabamos a iniciar a nova revolución dixital. O futuro era distópico e cyberpunk, pero tiñamos armas para loitar polo novo xornalismo do século XXI: A linguaxe informática, a codificación e o modelo de negocio freelance. Logo resulta que a tecnoloxía só trae novas dores de cabeza e aparatos máis caros.
A noticia gañaba rapidez fronte á redacción, cos rumores e fakes inundando as pantallas. A opinión colmaba cada cadro de texto, dando prioridade ás emocións fronte á razón. E algúns non se enteraban de que Twitter só era unha fonte, para ledicia dos eternos trolls. Logo resulta que o xefe de Vice é máis un mercador das desgrazas humanas do Terceiro Mundo ademais dun axente de marketing do estilo de vida Gonzo. Os xornais dixitais, pola súa parte, seleccionan noticias co potencial de aumentar o tráfico nas súas webs. É máis, o algoritmo de busca de Google só nos condicionan a ver o último vídeo viral e a coñecer a enésima excentricidade dos Estados Unidos. Assange, de mesías a mártir, quedaba recluído nunha embaixada. Os proxectos máis loables só poden existir mediante as subscricións do público desencantado. Pola outra banda, os que reclamabamos a revolución reducímonos a traballar de bolseiros nos medios de sempre, complementamos os nosos estudos nunha carreira con saída ou buscamos sustento fóra dun país sen vergoña.
Os medios tradicionais seguen aí. Non sabemos por canto tempo aguantarán, pero están dispostos a sobrevivir a calquera prezo. E están a pagar, agora máis ca nunca, cunha crise de credibilidade. ¿Por que? Por someterse aos desexos dos seus investidores, os bancos que realizan desafiuzamentos, e por ceder tempo e espazo a campañas publicitarias e propagandísticas dos que máis pagan.
O único que queda é a arrogancia: Os medios como o New York Times, pese a cometer moitas faltas, teñen un caché que os fai intocables, pois son os pais da deontoloxía moderna. Mentres, os medios dixitais son dirixidos por déspotas avariciosos incapaces de concibir a información como promotora da democracia. En resposta a esta tropa, os xornalistas tamén debemos ser arrogantes a nivel individual; cada un de nós debe abandeirar os valores humanos que fortalecen as democracias reais, onde tódalas voces son importantes no progreso no só dun país, senón da humanidade. Temos que asumir riscos aínda que pareza que todo está na nosa contra, temos que fracasar canto antes e aprender dos nosos fallos para evolucionar e adaptarnos ás novas necesidades.
PEREIRA VILA, JORGE 152.H02
Adaptarse o morir
“La tecnología cambia, los medios cambian”. Esta máxima se fue cumpliendo a lo largo de la historia de la comunicación, a cada nueva tecnología que se descubría, nuevo medio que nacía, pero en la actualidad esto no parece ser así. Es un poco chocante que un documental/película del 2010 refleje casi lo que es el periodismo en la actualidad.
A pesar de la aparición de Internet, blogs,… las redacciones de periódicos tradicionales parecen no haber variado mucho en su forma de hacer las cosas del 2010 hasta ahora. La desaparición de muchos periódicos en Estados Unidos hizo temer la desaparición de un gigante como The New York Times. Aunque muchas personas eran partidarias de que eso pasara, el periódico consiguió superar algunos baches y adaptarse a los tiempos que corren. El hecho de querer informar bien a una sociedad sedienta de noticias, donde Internet a veces puede ser una trampa, es una de las razones de su “renacimiento”: la fidelidad, el contraste de información con las fuentes, se está perdiendo en el mundo periodístico de las redes.
Aún así, Internet agiliza el intercambio de la información (siempre y cuando se consulten páginas con un mínimo de rigor periodístico) y permite que la gente esté informada en todo momento gracias también a sus smartphones. Al no estar bajo el control de organismos, gobiernos o empresas, Internet ofrece más libertad de acción al periodista.
Llevan prediciendo el fin de los diarios impresos desde hace varios años. Ante esta posible situación, algunos medios optan por buscar una alternativa, una vía de escape que les permita seguir existiendo, seguir informando, pero sin contar con el soporte del papel. Lo que ahora mismo existe es una coexistencia de tiempos por así decirlo. Lo nuevo llama a la puerta, pero no la consigue abrir del todo porque lo “antiguo” la está atrancando. No hay que tenerle miedo a lo nuevo. Lo que ahora es viejo, fue en su tiempo nuevo y mira ahora lo que cuesta desprenderse de eso.
FERNÁNDEZ MARTÍNEZ, CARMEN 151.A04
A caída dos xigantes ou como se derruba un medio tradicional
A chegada das novas tecnoloxías supuxo un cambio, unha reestruturación do que coñecíamos como xornalismo. Hoxe, calquera cunha cámara fotográfica, un blog e un par de etiquetas ben aplicadas pode xogar a ser xornalista, pero non é xornalista. Internet cambia o modelo, fai que o proceso de información sexa máis doado, pero tamén o converte en algo efémero. O principal sustento dos profesionais da comunicación en prensa é a publicidade e, esencialmente, o papel. A maioría de recursos dixitais, revistas, xornais, son totalmente gratuítos, polo que a xente que se dedica á información non recibe unha contraprestación polos servizos ofertados.
Fálase do declive do xornalismo dos grandes medios. Este detrimento, en parte, é culpa dos propios xigantes mediáticos, que se ateñen e serven ós poderes gobernamentais e empresariais en lugar de realizar a súa labor para coa cidadanía; unha especie de prostitución. Por outro lado, os erros, a información imprecisa e a invención son factores que minan a fiabilidade que poidan transmitir cara as audiencias. Hai que ter en conta que, canto máis grande é un medio, máis credibilidade debe transmitir, e cada erro multiplica por dez a desconfianza do público.
Xorde polo tanto un novo tempo, a era da dixitalización, a era da rede, que abre fronteiras e posibilidades para o xornalismo pero que o reduce a un campo máis banal podendo calquera realizar a súa tarefa. Unha ventá que se abre, pero unha porta que se pecha. Podemos entender as redes sociais e os blogs como unha sorte de xornalismo comunitario, mais, onde están os profesionais? Os medios deben cambiar a súa estratexia, somerxerse na rede é darlle unha volta á vella maneira de facer, rexeitando dogmas que se converteron en utopía e podreceron pola súa propia inviabilidade; falo de obxectividade, por exemplo.
Por outra banda, moitas veces os grandes medios caen por ter que soportar o enorme peso de seus dirixentes. Cando non hai ideas e metas en común, cando non se coincide na maneira de facer, ou cando quen dirixe un xornal é un bussines man ó que só lle interesan os cartos e pensar no próximo chalet que vai a mercar en primeira liña de praia, o medio, irremediablemente, cae; non polos seus profesionais, senón pola mala xestión daquel que decidiu penetrar nunha empresa xornalística e converter a información nun produto brutal de mercado.
Produce nostalxia ver como o vello xornalismo da rotativa, de manchar os dedos coa tinta do papel, de saír, ver e contar, está a piques de atoparse asolagado no abismo. Os medios teñen que renovarse, aprender a convivir coa tecnoloxía de seu tempo porque, de o contrario, quedarán obsoletos e virán outros que o fagan mellor. Non falo de desbotar o papel como medio para transmitir información, pero si da complementación que supón o xornal dixital, por iso paréceme correcta a vía que seguiron so de The New York Times, ofrecendo parte da información colgada na rede de forma gratuíta, así como certos contidos que requirían subscrición. Aínda así, parece que dita estratexia non deu os seus froitos, xa que decidiron poñer de pago a totalidade da páxina. Velaquí a pregunta: unha vez que desapareza o papel, e con el a meirande parte dos ingresos, desaparecerá o xornalismo tal e como o coñecemos?
FUMEGA GONZÁLEZ ROBERTO 151.A05
Os cambios, o xornalismo e o tempo
Tédesme que desculpar, pero tralo visionado do filme “Page One: Inside The New York Times”, non puiden evitar reflexionar sobre o paso do tempo. Resulta que o documental lanzouse en 2010 e eu ata o final da metraxe nin me decatei. Había indicios, claro está, pero pensei que serían meras alusións ó pasado e que, en realidade, intentábase facer unha radiografía do que ven a ser o mundo do xornalismo a día de hoxe. A día de hoxe? Pero se vai cinco anos que se emitiu a reportaxe!
A clave está en que sempre crin – porque así nolo dicían – que o xornalismo está en constante evolución, que vai mudando co tempo, que se vai adaptando… Ben, e se é así, como é que nada cambiou dende vai cinco anos? As novas tecnoloxías avanzan a ritmos vertixinosos e o xornalismo, que? Como pode ser vixente algo que foi rodado cando eu estaba aínda no colexio e non tiña nin teléfono móbil?
Sorprendeume e asustoume esta idea a partes iguais. Sorprendeume porque parece que, pese ás ansias enormes que teñen os medios de comunicación por renovarse e poñerse ó día no tema das novas tecnoloxías, todos os esforzos afogan. No documental respirábase un ambiente de tensión e incerteza á vez que de ilusión e innovación. E todo iso semella que non tivo resultado algún. Asustoume por outra banda porque, se xa daquela – na época da gravación do documental – pensaban que era demasiado tarde para cambiar as cousas e que as novas tecnoloxías avanzaban a un ritmo que o xornalismo non podía seguir, imaxinémonos agora! Cinco anos despois e cunha crise nos ombreiros seguimos no limbo do non saber que facer e esperando a que caia o milagre do ceo.
Pero non todo vai ser negativo, claro está. O feito de que nada cambiase ata o de agora non significa que nada poida cambiar. O New York Times buscaba “innovar” dende unha posición de estabilidade: en vez de obter beneficios nun lado sacámolos do mesmo xeito pero noutro e punto. Quizais o futuro non estea aí. Quizais resida en arriscar máis, en ir un paso máis alá e non conformarse con poñer o mesmo contido noutro soporte e esperar que a xente continúe confiando en nós como facía cando non tiña ninguén máis en quen confiar. Quizais hai que gañar esa confianza. Un novo concepto de audiencia crítica, selectiva e participativa está surxindo e na nosa man está darlle a oportunidade de manifestarse e conectar ou seguir subestimándoa e pensando que, aínda que o tempo pase, no xornalismo tampouco hai tanto que cambiar.
ARAUJO HERRERO, BELÉN. 151.F01
“Internet, Virtualidad, Comunidad”, de Ignacio Siles
Aí vai o debate sobre “Internet, Virtualidad, Comunidad”. Debate Siles
Todos os que asistiron pronunciáronse en maior ou en menor medida.
RODRÍGUEZ ALONSO, JAVIER H. BCP.005
Nebraska, de Alexander Payne
Aí vai o debate sobre Nebraska. Debate Nebraska
Todos os que asistiron pronunciáronse en maior ou en menor medida.
RODRÍGUEZ ALONSO, JAVIER H. BCP.005
Stories we tell, de Sarah Polley
Aí vai o resumo do debate do filme Stories we tell. Debate Stories
Todos os que asistiron pronunciáronse en maior ou en menor medida.
RODRÍGUEZ ALONSO, JAVIER H. BCP.005
Judith Butler: ”¿Qué es la crítica? Un ensayo sobre la virtud de Foucault”
Ya tenéis aquí el post sobre el debate que se realizó en torno al texto de Judith Butler. Espero que os guste.
López Morcillo, Miguel BCP.003
“Los cínicos no sirven para este oficio” de Ryszard Kapuscinski
Aí vos vai o PDF co resumo do que foi o longo debate do día 2 no que tratamos o texto de Kapuscinski.
Davila Fernández, J BCP.001
”La sociedad del espectáculo” de Guy Débord
Ya tenéis aquí el post sobre el debate que se realizó en torno a la película ‘La sociedad del espectáculo’ de Guy Débord. Espero que os guste.
López Morcillo, Miguel BCP.003
”Uma onda no ar” (Radio Favela) de Helvécio Ratton
Ya tenéis aquí el post sobre el debate que se realizó en torno a la película Radio Favela de Helvécio Ratton. Esperamos que os guste.
López Morcillo, Miguel BCP.003
“The Visitor” de Thomas McCarthy
Xa tedes aquí o debate sobre a película “The visitor” de Gaye Thomas McCarthy.
Os debatintes mais eu agardamos que vos guste!
La dignidad de los nadies de Solana
Deixovos subido xa o resumo da película documental sobre a crisis arxentina. O debate foi o día 9 de marzo. Espero que vos guste.
Davila Fernández, J BCP.001