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Comunicación científica: la oligarquía de las revistas de lujo
Esta semana me he estado informando sobre las revistas científicas. Igual que ocurre con el resto de medios de comunicación, hay unas poquitas que tienen mucho prestigio (las llamadas revistas de lujo), y luego están las demás. Publicar un artículo en una revista como Science te da reputación, incluso si tienes suerte puede que te caigan subvenciones. Si publicas en las otras, por muy bueno que sea tu trabajo puedes estar seguro que no tendrá la misma repercusión. Esto que podría parecernos de lo más lógico y normal a muchos científicos les trae de cabeza.
Las modas y los factores de impacto
Con la ciencia pasa algo parecido que con la moda: hoy se llevan los cuadros y mañana las rayas. A la hora de publicar, los directores de las revistas de lujo prefieren artículos que sigan las tendencias, y si son polémicos mejor. Es lo que vende. Pero hay que pensar que lo que se publica en una revista científica lleva detrás una investigación. Si yo quiero que me publiquen algo y tengo una investigación muy buena pero poco llamativa voy a tener que abandonarla y volcarme en el tema que esté de moda. Uno de los indicadores de calidad más famosos es el conocido como factor de impacto, que no es otra cosa que el número de veces que citan un artículo en otro. Evidentemente no siempre que citamos un trabajo es para halagarlo, pero esto parece que no se tiene muy en cuenta. Por si fuera poco se trata de la media de los factores, no es una indicador individual para cada pieza.
Las otras revistas
Gracias a internet el número de revistas científicas ha aumentado notablemente. Randy Schekman, ahora que ha conseguido una reputación (gracias en parte a la publicación de sus trabajos en Science, Nature y compañía), ha decidido apostar por estas nuevas revistas y declararle la guerra a las que en su día fueron sus aliadas, como explicó en la ceremonia de los Nobel. Sobre este tema hablaban en La Rosa de los Vientos en diciembre: http://castroller.com/podcasts/LaRosaDe/3858788
Espiñeira Forcada, Andrea 141 D03
Entre vivir y sobrevivir
Dentro de su comunidad uno está calentito, como en casa. De hecho estás en casa. Hasta aquí todo en orden, pero ¿qué ocurre cuándo tienes que salir?. No vamos a negar que con los tiempos que corren las garantías de vivir “eternamente” en el mismo sitio son más bien escasas. Ya sea por temas de trabajo, por necesidad o por gusto, todos nos acabamos moviendo, y es entonces, cuando sales al mundo real, cuando empieza a entrarte el frío por los pies.
Habla Zygmunt Bauman de inseguridad y de la amenaza de lo desconocido. Evidentemente. Cuando sales de esa burbuja, de ese “refugio comunitario”, estás solo. Cuánto más grande sea la ciudad más solo vas a estar. Cuando estás ahí fuera se te disparan los sentidos. Eres nuevo en un lugar desconocido lleno de gente a la que no habías visto en tu vida y a la que probablemente no volverás a ver. Te sientes débil, inseguro, que le llamen como quieran. Por supuesto que lo vives como un problema privado, ¿qué vas a hacer?
“El arte de vivir en una multitud de extraños”, apunta Bauman. Yo diría más bien sobrevivir. En las grandes ciudades como Barcelona es difícil vivir. Que le hablen de miedos al ex funcionario que duerme con traje en el cajero todas las noches, al niño que va solo en metro al colegio y a la quinceañera que bebe tirada en el suelo detrás del Starbucks. Que les cuenten esta teoría de la comunidad segura, “una comunidad que atienda y se responsabilice de la igualdad del derecho a ser humanos y de la igualdad de posibilidades para ejercer ese derecho”. Qué bonita es la teoría. Lástima de la práctica.
No creo que el peligro esté en la variedad, el peligro está en lo desconocido. Por eso en cierta medida es necesario de vez en cuando salir ahí fuera a ver que ocurre. En casita se está muy bien, pero fuera de tu comunidad las cosas son muy diferentes.
Dejo un enlace en el que se explica un proyecto de la Organización Mundial de la Salud sobre las Comunidades Seguras.
http://es.scribd.com/doc/96572218/Manual-Comunidades-Seguras-2012
Espiñeira Forcada, Andrea 141 D03
Tinta Roja: relaciones, influencias e intereses
Lo que se ve en Tinta Roja, por muy poco apropiado que nos pueda parecer no es nada más lejos de lo que ocurre en realidad. Claro que a todos nos gusta pensar que no todos los medios trabajan igual, que los periodistas son honestos, y que este tipo de películas degradan nuestra imagen. Aún así en el mundo hay muy buenos periodistas que hacen un trabajo excelente, no podemos olvidarnos de eso. A pesar de que está enfocada a Perú, donde la situación que viven es muy diferente a la nuestra, se puede aplicar al periodismo europeo. La película es una patada a la buena imagen que muchos intentamos conservar de nuestra futura profesión. En última instancia son empresas que buscan compradores para su producto, un producto que quieren vender sea como sea.
La comunicación entre los periodistas y el resto del mundo
No nos engañemos: a ninguno nos han obligado a meternos aquí. Sabemos de sobras que nos va a tocar hacer cosas que van en contra de nuestra ética. Y aquí seguimos. El problema es que nosotros no somos los únicos que idealizamos nuestro trabajo: también lo hacen los demás. Luego la gente se lleva las manos a la cabeza cuando ven lo que hizo Jordi Évole. Es lo que pasa por creer que lo que dice un periodista es palabra de Dios. Son las consecuencias. Son dos mundos (el de los periodistas y el de los demás) que están desconectados. Nosotros sabemos (o creemos saber) lo que hacen los demás, pero los demás no saben lo que hacemos los periodistas. Pueden suponer cosas, que tontos no son, pero hay una falta de comunicación que no beneficia ni a unos ni a otros. No creen en el buen periodismo, exigen objetividad, algo que muchos de nosotros rechazamos y caracterizamos de utópico. Somos dos comunidades completamente distintas que se necesitan mutuamente para sostener un sistema supuestamente democrático. De aquí no puede salir nada bueno.
Hay una reseña sobre un libro que se llama “Periodismo y poder: políticos periodistas y ciudadanos voluntariamente desinformados” que plantea algunas cuestiones interesantes.
Fai clic para acceder a 29713032019.pdf
Aún así me parece que no debemos olvidar que la película transcurre en Perú. Aunque aquí tampoco es que los medios tengan las manos limpias, la prensa allá es muchísimo más sensacionalista que la de aquí. Ellos le llaman la prensa chicha, y creo poder afirmar que en nuestro país no tiene la penetración que tiene en América. Os dejo un pdf en el que se analizan este tipo de publicaciones. En el último párrafo explican que en otros países, como España, esta prensa no tiene tanta fama como allá.
Fai clic para acceder a 16008806.pdf
Lo mucho que nos sorprende esta película es una prueba de que aún ignoramos sobre nuestra profesión. Hasta ahora ha sido y está siendo así, aunque, evidentemente hay excepciones.
Espiñeira Forcada, Andrea 141 D03
La comunicación científica: algo va mal
A lo largo de esta semana he estado leyendo noticias sobre ciencia en algunos periódicos. Hay algunos periodistas que lo hacen muy bien, pero otros dejan mucho, muchísimo que desear. No me extrañan, viendo el panorama, las críticas que nos hacen los profesionales del ámbito científico.
Se supone que el periodista transmite información para todo tipo de personas. No se si es mucho suponer teniendo en cuenta que hay noticias pululando por los periódicos que sin un diccionario médico (como mínimo) no las entiende ni el que las publicó.
Visto el panorama fui a ver que opinaban los expertos. Resulta que el fallo no está únicamente en el lenguaje con el que están escritas, sino que, como ocurre casi siempre, solo cuentan una parte de la historia: la que interesa, la que oyeron en un congreso o la que copiaron y pegaron de una nota de prensa de un gabinete. Esto pasa por varias razones, pero la primera (y creo que la más importante) es porque nuestra formación en temas como la sanidad es más bien escasa. Colárnosla es muy fácil, pero además de ser fácil es peligroso. La salud es algo serio y muchos periódicos se han convertido en escaparates de las industrias farmacéuticas. De estas cosas habla un texto que escribió C. Casino, que a pesar de estar orientado al papel que juegan los medicamentos en los medios se puede extrapolar a toda la información científica.
Fai clic para acceder a 2007_casino.pdf
Como podéis ver la comunicación entre la comunidad científica y el resto del mundo no funciona todo lo bien que podría funcionar. Con este trabajo pretendemos, entre otras cosas, sacar conclusiones a partir de la observación de ambos grupos sobre cómo mejorarla.
Espiñeira Forcada, Andrea 141 D03