Arquivo do blog
A abordaxe final
Xa son case dous meses traballando coa asociación Marusía de emigrantes retornados e o tempo faise notar. Mentres que nun principio nos era difícil establecer conversacións persoais con eles, por mor da falta de confianza, agora xa somos coma cinco membros máis da asociación. Alá onde están eles, estamos nós, e comeza a crearse un forte vínculo. Do reparo inicial a ser entrevistados por nós, uns descoñecidos, a botar unhas bailas connosco hai bastante diferencia.
Mais, como ben sabedes, a esta colaboración pouco lle queda. Este é o noso derradeiro post neste blog, no cal xa fomos dando conta, de xeito individual e grupal, das actividades que realizamos en conxunto con Marusía. Xuntanzas, reunións, comidas, manifestacións… Volver a incidir en todo isto sería percorrer de novo o camiño xa andado e contado en anteriores entradas.
O realmente importante, o verdadeiramente novidoso, son as historias que fomos descubrindo día tras día. Aínda que existan elementos comúns entre elas (a miseria como causa da emigración ou a familia incitando a volver, entre outras), cada persoa que nos narra as súas experiencias ábrenos as portas dun mundo novo. Trasládannos a distintos lugares coma Basilea, Zúrich, París, Múnich ou Xenebra, e, dentro de cada un destes escenarios, amósannos o contraste entre as distintas experiencias vividas.
Houbo xente que nos dixo que endexamais conseguira sentirse cómoda en sociedades tan diferentes da de Galicia e outra que ficou encantada no estranxeiro e que di arrepentirse de ter teimado en volver. Mesmo se poden observar diferencias entre a visión que nos ofreceron homes e mulleres.
Esta distinción fíxosenos máis ca patente esta semana, despois de reunirnos con cinco mulleres pertencentes á asociación. Os homes emigraban a traballar en empregos na construción ou na hostelería, mentres que o perfil feminino estaba máis orientado cara as tarefas de limpeza ou de coidado de anciáns. Advertimos tamén unha constante en todas elas: a importancia capital do coidado dos fillos. Todas intentaran, por canto método fose posible, que se criaran aquí, aínda que iso supuxese ter que deixalos ao cargo dos avós con seus pais a miles de quilómetros de distancia. Non eran minoría tampouco as que decidiran regresar, deixando os seus postos de traballo, para ter os seus fillos aquí.
Como vedes, xa estamos comezando a extraer conclusións da nosa colaboración, mais o que temos claro é que resulta complicado facer aseveracións xerais sobre un grupo tan heteroxéneo como é o dos emigrantes. Quedan aínda un par de semanas nas que seguiremos a traballar con Marusía para terminar de perfilar o noso proxecto. O que parece seguro é que a despedida vaise facer un tanto triste despois de termos compartido tantas horas con eles. Despedímonos. Adeus.
PS: Aportamos como documentos anexos a este post un par de documentos: unha tese doutoral sobre o retorno de emigrantes a Galicia entre 1970 e 1995 e un artículo sobre a vida das mulleres galegas emigradas.
143 C00
Prejuicios fuera, por favor
Muchas son las personas que aún a día de hoy en el siglo XXI hablan y tratan con desprecio a lo emigrantes. Los españoles no han pasado desapercibidos ante la invasión de los prejuicios basados en estereotipos que, de forma “normal”, suele hacerse de las personas y colectivos que emigran a otro país. Incultura, temor a lo diferente, falta de humanidad… la escala de razones resulta de lo más diversa pero las consecuencias de estas manifestaciones siempre son las mismas: hacen sufrir a los protagonistas y empobrecen a quienes emiten dichos juicios de valor gratuitamente.
No sólo se habla con desprecio de gente de color, musulmanes o rumanos. Ser gallego, ayer y hoy, ha sido y es un blanco fácil para insultos y comentarios ridiculizantes para muchas cortas mentes. Además, en este absurdo concepto de gallego parece no haber diferencias entre el hombre y la mujer pero, como en todo, si miramos un poco más hallá, sí que las hay.
Como ejemplo tenemos la famosa serie de películas sobre Cándida, una criada pobre que desde tierras gallegas emigra a Cuba. Gallega pobre e inculta que protagonizaba situaciones absurdas y que parecía llevar como apellido la tontería. Esta película batió récords de audiencia en tierras cubanas y récords de protesta por parte de los emigrantes gallegos. Algo que era de esperar o esperado ya que sin duda lo que más molestaba de este personaje era que todas las mujeres gallegas pasaban a ser “Cándida”. Este es un claro reflejo de la opinión hacia la mujer gallega desde países que no son el nuestro. Aunque dicho sea de paso, en el primer país donde se ridiculiza este papel es en la propia España. Pero lo, también, rudo y cruel es que si quitamos el gran ápice de injusticia en torno al ridículo papel que cobra esta mujer, la imagen no se aleja mucho de la realidad. Papel que simboliza a las primeras mujeres gallegas emigrantes de las que hay constancia. Mujeres que trabajaron duro desde el primer momento que pusieron el pie en otro país para mantener a sus familias, a la vez que los hombres, en trabajos más costosos y de aquellas con menor grado de importancia como es la limpieza doméstica.
Así bien, si los prejuicios y los estereotipos que dañan nuestra imagen no nos gustaron y nos siguen sin gustar, tengamos cuidado con los que formamos sobre los que intentan adentrarse en nuestro país a día de hoy. Ya sabéis, no tachemos sin razones a los demás si no nos gusta que nos tachen a nosotros. Al fin y al cabo todos somos personas.
Acabemos con los prejuicios si en nuestra mano está.
Rodríguez Bello, Cora 143 C02
OPERACIÓN RETORNO, OPERACIÓN RECAUDO
La falta de comuncicación e igualdad y el recaudamiento abusivo con el tema de las pensiones hace imposible la adaptación de los emigrantes retornados no sólo en Galicia, esto es algo que afecta por completo a los retornados españoles. Y con estas dos entrevistas, a los hechos me remito:
“A nosotros no nos recibieron con balas de goma… Nos abrieron los brazos y nos dieron muchas cosas. En definitiva, todo lo que tenemos hoy”. Antonio Lara, emigrado a Francia y retornado a Jerez.
“quería dormirme y despertarme con 60 años, jubilarme y tener que volver a España… Ahora el sueño se ha convertido en una pesadilla”. Volvió en 2001, y asegura que incluso “me tacharon de pesado en la Agencia Tributaria porque no me creía que no tuviera que declarar mi pensión.” Tras recibir la notificación de Hacienda, asegura que “me reconocieron que nos han informado mal”.
Se altera al razonar “queremos pagar, pero que nos quiten las multas”. En su caso, está pagando lo que debe “poco a poco, con 500 euros al mes. Y por ahora solo son 2008 y 2012”. Este pago a plazos, “encima tiene más intereses, por eso estoy tramitando mi vuelta a Francia. En el momento que me vengan los recibos de los otros años me embargarán el piso… Y al menos allí estaría con mi familia”.
La pena se le dibuja en la cara al reconocer “que se me parte el corazón cuando le tengo que negar la ayuda a mis hijas. Incluso las he quitado de la herencia, para que si me pasara algo antes de terminar de pagar lo que debo no les queden a ellas la deuda”.
“Con la alegría que nosotros teníamos de venirnos en nuestra vejez, todo se fue al traste”, dice el jerezano. “Pensando que iba a vivir bien con mi pensión y vengo y me encuentro con una hipoteca para el resto de mi vida. Nos están machacando”.
“Lo que no puede ser es que se estén marchando los jóvenes, que son el jamón de un país, y solo se estén quedando los chorizos”. Luis Caballero, emigrado a Francia y retornado a Jerez .
Hace nueve años que volvió a su tierra, y confiesa que esperaba encontrase “una España democrática. Me fui en plena dictadura militar y me he encontrado con una dictadura política”. También asegura que se dirigió varias veces a la Agencia Tributaria para preguntar si debía declarar el dinero que recibía de Francia. “Que no, que aquí estábamos exentos de pagar, me decían continuamente”.
Años después, tras recibir la carta ha tenido que pagar alrededor de 20.000 euros, 17.800 de las declaraciones y 3.000 de multas. “Se nos hundió el mundo a mi señora y a mí”.
“En el 64 me fui, ahora siento que me están echando porque yo allí voy a pagar tres veces menos de impuestos que aquí y por lo menos voy a estar al lado de mis hijos y nietos“, se quejaba.Del lamento, Luis pasaba a la indignación: “mi dinero que entra en España viene del extranjero, es un dinero que estamos metiendo a España y encima nos multan. Luego resulta que Montoro hace una ley de amnistía para todos aquellos que se han llevado el dinero a Suiza y otros paraísos fiscales. A nosotros, que lo traemos legalmente y queremos declararlo, nos multan. Hay guantes blancos para algunos y puños de acero para otros”.
“No somos cuatro o cinco… En España somos alrededor de millón y medio de personas afectadas”, aclara. Además, hace un llamamiento a los jóvenes, “esto también es para ellos… A esta juventud que se está marchando le va a pasar lo mismo que a nosotros”.
No sé cómo le llamaréis vosotros a esto, yo le llamo INJUSTICIA.
Rodríguez Bello, Cora 143 C02