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La Comunidad de los alcóholicos

Comunidad. Un mundo malo, de inseguridad. Un mundo que transmite eso a sus habitantes: inseguridad, ansiedad. Y como ya he hablado en otro post, así se siente realmente un alcohólico. Pero para Bauman nosotros mismos somos lo único estable dentro de un mundo caótico, algo que no se aplica a los enfermos. El mundo caótico del que habla es el mundo interior de los alcohólicos, que aturdidos por el caos de su personalidad se aferran a una botella.

En la reunión abierta de A.A. a la que asistimos escuchamos varias veces que cuando eres alcohólico te dejas de querer a ti mismo. Que eres incapaz de recuperar el amor propio. Y tu personalidad se trastoca, tendiendo a la depresión. No te importa nada, ni tú mismo. E intentas olvidar eso, intentas ahogarlo en una botella que al principio te puede hacer sentir bien, pero después no te hace más que decaer. Pero cuando tocas el fondo, si tienes la suerte de ser consciente de ello puedes salir. Y lo primero que tienes que hacer es volver a quererte. Y si es así, si recuperas el amor propio –algo nada fácil de hacer- entonces sí puedes aferrarte a ti mismo en un mundo caótico.

Cuál-es-el-origen-de-las-reuniones-de-los-grupos-de-Alcohólicos-Anónimos

NEIRA CARBALLO, EVA 142.B03

Cigarettes

 

Charlar y discutir con un café delante y fumando cigarrillos. Sencillo argumento. Charlar y discutir drogándose, ya que en el fondo el tabaco es una droga tan mortífera como cualquiera. Está claro que en una película independiente el tabaco queda muy bien, pero me he parado a reflexionar sobre las drogas legales.

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La aceptación social de las drogas legales es lo más preocupante. La sociedad que ve bien beber. De hecho ve raro a quien no lo hace. Pero esa visión cambia cuando alguien cruza la línea de la enfermedad, porque la sociedad aparta a los alcohólicos. En la reunión de Alcohólicos Anónimos a la que asistimos nos dijeron “El alcohol es una droga que sólo te puede llevar a 3 sitios: a la cárcel, al manicomio o al cementerio”. Pero lógicamente cuando estás en ese camino eres un borrachuzo por el que nadie tiene la más mínima empatía. La pregunta es por qué tenemos esa mentalidad y si no podemos hacer nada por cambiarla.

 

NEIRA CARBALLO, EVA 142.B03

 

La historia de D.

Dicen que el alcoholismo es algo genético. “Yo no creo que el alcoholismo en sí esté en los genes, pero sí el ser compulsivo”. Y eso es algo que le pasaba ya al padre de D., alcohólico, antes que a ella.

 

Borrachos

Esta historia no empieza en una adolescente que probó el alcohol y con los años acabó mal, ni siquiera una joven adulta. Esta historia empieza cuando a sus cuarenta años D. prueba por primera vez el alcohol. De una forma sencilla: empieza a tomar vinos o cervezas con los amigos de la peña de fútbol. “Al principio estaba con un vino toda la noche”. Pero ahí empezó una enfermedad sin que lo supiera que afloró en tan sólo ocho años.

Esta historia empieza como todas: cuando el consumir alcohol deja de ser un hábito social. Esta historia empieza como todas, pero como ninguna.

“Cuando te haces alcohólica tú no te das cuenta, piensas que es algo en el momento, pero si te paras a analizar ves que todo esto viene de cuando eras niña”. D. tenía de todo cuando era niña menos cariño.

Los alcohólicos son personas depresivas, tímidas, poco sociales. Y el alcohol les da el empujoncito que necesitan a veces. Pero, como todas, esta historia empieza cuando el alcohol deja de darte un impulso hacia los demás y te destroza por dentro. Cuando te sientes una mierda, y te dejas de importar a ti misma. Cuando te da vergüenza mirar a la gente a los ojos, porque te sientes menos que ellos.

Y de este modo empiezan todas las historias, pero ninguna.

 

NEIRA CARBALLO, EVA 142.B03

El gran carnaval del alcohólico

El gran carnaval de un alcohólico empieza con la enfermedad. El gran carnaval de un alcohólico no se acaba en siete días, si no que dura tanto tiempo como quiera, a menos que el alcohólico tome las riendas y decida ponerle fin a su enfermedad.

El alcoholismo implica mentiras. Implica tener que ocultar una parte de tu realidad, y por eso los enfermos mienten constante y compulsivamente. Y como Pedro y sus ovejas, cuando has estado tanto tiempo mintiendo la confianza no se recupera.

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En El Gran Carnaval, el protagonista es alcohólico. Llega a una redacción de un periódico a pedir trabajo, pero se ve obligado a confesar que lo han echado de otros diarios por culpa de su enfermedad. Cuando acaba el gran carnaval de un alcohólico, empieza el Gran Hermano. El control, la observación de todos sus movimientos. “Le dije que nada de alcohol” grita el director del periódico cuando ve al protagonista con una botella. Era una botella con una maqueta dentro,  pero la desconfianza no desaparece tan fácilmente.

El problema es que la confianza es un punto muy importante en la recuperación de un alcohólico, y un punto muy difícil de conseguir. El problema es que nadie tiene la culpa de eso salvo el alcohol, porque un alcohólico reclama la confianza que necesita pero quien se la tiene que dar la tuvo que apresar cuando vivió mentiras.

NEIRA CARBALLO, EVA 142.B03

Reunión abierta

«Alcohólicos Anónimos es una Comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo.

El único requisito para ser miembro de A.A. es el deseo de dejar la bebida. Para ser miembro de A.A. no se pagan honorarios ni cuotas; nos mantenemos con nuestras propias contribuciones. A.A. no está afiliada a ninguna secta, religión, partido político, organización o institución alguna; no desea intervenir en controversias, no respalda ni se opone a ninguna causa. Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad. »

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De esta forma, y seguida de la lectura de Los Doce Pasos de A.A, da comienzo la reunión abierta de Alcohólicos Anónimos. Una reunión a la que puede acudir cualquier persona, sea alcohólica o no, sea consciente de serlo o no. El primer objetivo de las reuniones abiertas es informar, y para eso estamos nosotros allí: para informarnos. L. modera hoy la reunión, aunque intentan que cada día lo haga uno distinto.

 Y los diez asistentes se presentan al más puro estilo americano. “Me llamo A., soy alcohólico y hoy no he bebido”. El resto respondemos “Hola A.”. Nosotros también nos presentamos. Hoy nos han aceptado como uno más del grupo. Y comienzan a las historias. Partes de una historia mucho más larga que lo que pueden contar en 10 minutos, el tiempo que dura el turno de palabra.

 El turno de palabra es de K.  El primero en hablar. El primero en contarnos una pequeña parte de su historia. Él no quería dejar de beber cuando llegó. Para él empezar a acudir a las reuniones de A.A. fue algo muy difícil. Un estigma.

 A. nos habla de su historia también. Nos habla del amor propio. O de la falta de amor propio cuando uno cae en el alcoholismo. De la incapacidad de tener amor propio cuando el alcohol te domina. Tardó años en entender realmente su problema desde su entrada en A.A. Un día preguntó cómo se podía uno empezar a querer a sí mismo. Le preguntaron si había bebido ese día, a lo que respondió que no. “Entonces ya te has empezado a querer”.

 Y muchos van pidiendo turno de palabra. Lo más importante en Alcohólicos Anónimos es escuchar. No interrumpir a los demás cuando hablan para aprender a escuchar.

 Y esto es todo. Al final de la reunión nos explicamos. Contamos nuestro proyecto y bastantes se ofrecen a ayudarnos. Nuestra segunda toma de contacto, irónicamente, nos ha creado una especie de adicción por escuchar.

NEIRA CARBALLO, EVA 142.B03